23 febrero 2005

Su Tabaco, Garcias (Parte 3)

Parte 3
Llegó la mañana del uno de diciembre, y con ella el gran día.
Llame a Jose, mi jefe, y le dije que me encontraba muy mal…
- ... posiblemente tengo "gastroenteritis "Jose, algo que comí ayer….

Colgué y me dirigí hacia “la Taberni”. Entré, saludé y me senté tres mesas por detrás de la que estaba al lado de la máquina.
Fran me había contado que los miércoles es el día de fiesta de Berni y no estaría en todo el día. En el bar sólo había un camarero joven.
No había nadie así que con un café con leche tuve que esperar a que hubiera otra persona más.
Entró un hombre mayor andando con dificultad. Por la confianza con el joven, parecía que era un cliente fijo y se sentó en la barra de espaldas a mi.
- Un “Sol y sombra”. Gritó con la voz rasposa.
Lo cierto es que estaba esperando la ocasión de que se despistara el camarero para empezar con el plan. Y el momento llegó…
El camarero se había quedado sin anís y se disponía a buscar más en el almacén, que estaba detrás de una cortina de tiras con nudos.
Cuando desapareció, me dirigí como un rayo a la pantalla .
- Lo voy a hacer. Por fin serás libre.
“CONFIO EN TI”, “ME PONGO EN TUS MANOS”
- Aguanta compañero. Dije desplazándome hacia la parte de atrás.
Cuando el camarero volvió, me encontró golpeando la máquina como un loco.

- ¡Eh! ¡Eeeh! ¡Cuidado joder! ¿Que coño pasa? Dijo el joven con enfado.
- ¡Que se me ha quedado los cuatro euros la cabrona!

En la pantalla no marcaba nada. El camarero fue hacia la barra y trajo las llaves.
Cuando la introdujo se extrañó de que la máquina no tuviera la luz encendida y la pantalla no mostrara nada.

- Juraría que la he enchufado esta mañana. Dijo extrañado el joven.
Dio la vuelta a la máquina y cuando se dispuso a coger el enchufe de suelo, lo cogió, pero se le quedó en la mano….
“Alguien” había seccionado el cable desde el principio.
- ¿Quien coño…? Cuando lo sepa Berni me mata…. Una mezcla de angustia y rabia se podía ver en la cara del camarero.
Fue rápidamente hacia la barra y cogió el teléfono.
- ¿Si? Oye Berni, que me he encontrado el cable de la máquina de tabaco…Si, si lo tengo en la mano…Todo…no, no puedo enchufarla, ¿Cómo la voy a enchufar con los dedos?....Diez minutos…Vale te espero.
¡Mierda! No contaba con que llamara a Berni, y encima viene para aquí. Si me ve aquí fijo que sospecha de mí. Y yo que pensaba que llamaría al servicio técnico….Tendría que haberlo planeado…Joder…
Aún y así me pedí un bocadillo de atún y una cerveza. Con la mezcla de leche y cerveza seguro que me entra gastroenteritis...
Berni llegó .Habló con el camarero y fue directamente a ver el daño ocasionado.
Con el cable en la mano, se giró y pude ver en sus ojos acechadores algo que me hizo pensar que sabía que había sido yo.
Un sudor frío me bajo por la sien y las manos me temblaban así tuve que dejar la cerveza porque con el tembleque las gotas salpicaban en la mesa.
Berni fue hacia la barra y buscó en la guía. Descolgó el teléfono y marcó el número que yo estaba esperando.
- ¿ENAXTAB? Hola, soy de “la Taberni". Si, mira que ha pasado algo con su máquina …Si, si, entiendo…Vale, ¿Cuanto? 40 minutos vale. Hasta Luego y gracias.
Acabé el bocadillo y la cerveza. Tengo veinte minutos para hacer una “fuga”.
Me acerqué a la barra para pagar y Berni se dirigió hacia mí.
- ¡Mira! Un cabrón ha cortado el cable de la máquina. ¿Tú no has visto a nadie, no?
- ¿Yo? No, ¿Por qué crees que tenía que haber visto nada? Yo he sido quien se ha dado cuenta. Joder se me ha quedado cuatro euros, el chaval lo sabe, se lo he dicho. Dije nervioso.
- Bien, bien. Tranquilo. Cuando la arreglen, si es que hay dos monedas de dos euros en la rejilla te los devolveré.
Para mi tranquilidad, los había metido previamente. Pagué y me fui del bar. Todavía recuerdo una mirada de odio clavándose en mi nuca.
Seguramente pensaría que lo había hecho para que se cambiara de compañía.
Pero mejor eso, que saber que lo hacia por un amigo muerto, que estaba en esa máquina…

Y ahora ¿Cómo me hago pasar por un técnico? Si me han visto toda la cara. Ya me tienen fichado. No contaba yo con el dueño. ¡Mierda! Esto no puede salir bien…
Pero no puedo esperar ha de ser hoy y ahora mismo, casi no tengo tiempo.
Habían pasado 10 minutos y el reloj avanzaba…
Tenía el coche una manzana por detrás del bar. Dentro había camisa, pantalones y chaqueta. El día anterior compré una barba postiza y estuve haciendo pruebas en casa pero no quedé satisfecho. Quedaba muy a “rey mago”.
Me quité las gafas y me puse las lentillas que me pongo los fines de semana, la camisa, los pantalones y la chaqueta.
¿Me pongo la barba o…? No hay más remedio.
En el retrovisor me retoqué sin mucho afán.
El pegamento de la barba me provocaba un picor insoportable en el mentón.

Cuando salí del coche, era otro. Me di cuenta de que un policía podía haber estado observando toda la transformación y se acercó hacia mí.
¿Me pueden multar por disfrazarme? Pensé

Continuara…

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