22 febrero 2005

Su Tabaco, Garcias (parte 2)

Parte 2

En vista del ridículo, no volví hasta pasadas dos semanas.
Los cinco euros extras por menú del resto de bares, hicieron que me tragara el orgullo, ya que de la otra manera no podría “tragar” nada más hasta el mes siguiente.

Al entrar, me mordía la curiosidad y me dirigí hacia la máquina.
Un niño jugaba con sus botones.
“14:18 29-11-2004” , “Selección 1 … 2.4…”, “Selección 3 …”, “Selección …”, “Ayudame Garcilaso…”
De un salto me abalancé hacia la máquina y aparté al niño.
El niño sería lo suficiente pequeño para no poder ver la pantalla y además su versión no sería muy creíble.
“Garcias…Ayu…”, ”Su tabaco, Gracias” y cayó un paquete de “CAMEL” y dos monedas de 10 céntimos.
Asombrado me quedé. ¿Es posible que el niño haya encontrado la clave de burlar el sistema de seguridad? O es que alguien había metido dinero y no ha seleccionado…no… si hubiera pasado eso, ahora estaría dándole patadas…pero el niño no llega a introducir las moned…
- ¿Ocurre algo?
La voz provenía de “Berni”, el dueño.
- Pues mire, ya que está usted aquí. Me acaba de dar un paquete de CAMEL, por la cara. Dije mostrando la cajetilla con el cambio.
- ¿Ah si? Dijo sorprendido Berni. Nadie de este bar me hubiera dicho nada si eso fuera cierto.
- Yo no soy nadie. Además no me gusta esta marca…

El dueño fue hacia la barra y trajo lo que parecían las llaves.
Seleccionó una de entre cinco y la introdujo en la cerradura. La máquina se abrió y, no se porque, esperé encontrar a un enano con un teclado en su interior.

El interior estaba impoluto, la pantalla y la memoria programada estaban protegidas con una caja “ESTX” y tornillos de clase CX, que requerían de una herramienta especial que no llevan los instaladores. Sólo un técnico de reparaciones tiene esa herramienta, aunque siempre pueden robarla claro…

Berni cogió la cajetilla de mi mano y la volvió a introducir en la columna correspondiente. Después cerró y volvió hacia la barra.
- ¿Va a comer sólo? Le invitaré a café. Pregunto el dueño sin mirarme.
- Si, como siempre. Gracias.
“Era para ti Garcias”, ”Ayudame Garcías por favor” El aparato volvió a escribir.
- ¿Pero qué está pasando? ¿Realmente se está refiriendo a mi? Dije mirando hacia un señor que comía justo en la mesa de al lado de la máquina.
Éste, que estaba con el café, se levantó y se fue echándome una mirada de desconfianza, como aquel que mira a un loco.
Aproveché la situación y ocupe ese lugar.
Desde esa silla se podía leer perfectamente la pantalla que, ahora volvía a marcar la hora.
Giré la vista hacia el camarero y éste al verme, con un gesto de desagrado se dirigió hacia mí.
- Ahora vengo a tomarle nota. Dijo mientras retiraba los platos sucios y la taza de café.
Y aún se enfadó más cuando vio las dos monedas de 10 céntimos en mi mano medio abierta y el platillo que contenía la factura vacío.

Al volver la vista me centré en la pantalla que ahora estaba apagada. Y de repente…

“NECESITO TU AYUDA GARCIAS”, “TIENES QUE AYUDARME”.

Yo me estoy obsesionando con el trabajo. Pensé.

“GARCILASO GARCIA GARCIA”, “ERES EL UNICO QUE PUEDE AYUDARME”

¿Cómo sabe mi nombre? Pensé mientras intentaba adivinar quien me podía estar tomando el pelo.

“GARCILASO SOLO TU PUEDES AYUD…” y desaparecieron de la pantalla.

- ¿PERO QUE COÑO QUIERES JODER? El grito posiblemente se escuchó hasta en el bar de enfrente.
- Venía a tomarle nota, señor. Si quiere vuelvo más tarde… dijo el camarero asustado.
- ¿Eh? No, no perdona.¿Qué…? ¿Qué tienes en el menú? Dije descolocado.
- De primero: garbanzos, acelgas o cocido madrileño y de segundo: Filete, dorada a la sal y tortilla de habas.
- Eeeeeeeem . Comeré garbanzos y tortilla. Gracias.
El camarero marchó y me quedé pensando en mis cosas, y durante ese momento se me olvidó por completo que la máquina tenía mi nombre en su memoria. Hasta que volví a girar la cabeza.
“SIENTO MOLESTARTE PERO TIENES QUE AYUDARME”
- Pero ¿Que quieres que haga? Dije bajito. Como si pensara que realmente me pudiera entender.
“SACAME DE AQUI POR FAVOR” , “PUEDO PAGARTE…”
- Si hombre, que quieres que te lleve debajo del brazo. Además perteneces a otra compañía. Y tú… ¿Cómo coño sabes mi nombre?…Un momento… Pero ¿Qué hago?¿Le estoy hablando a una máquina de tabaco?, Esto es el colmo…
“POR FAVOR LLEVO MUCHO TIEMPO ESPERANDOTE”
“ERES EL UNICO QUE PUEDE AYUDARME”
“TIENES QUE SACARME DE AQUÍ SOY FRANC….”
La máquina volvió al fundido en negro de su pantalla.
-¿Señor? Preguntó el camarero viendo que tenia los brazos sobre el medio del mantel y no dejaba de mirar al aparato.
- Si. Gracias. Los garbanzos no había quien se los comiera. Recién sacados de la olla, la humareda me nubló las gafas de pasta y por un momento, todo se volvió borroso.

Yo sin gafas no soy nadie. ocho dioptrías en el ojo izquierdo y diez en el derecho. Pesan más mis gafas que mi móvil.

Cuando los cristales estuvieron limpios, volví a mirar con interés la pantalla.
“NECESITO QUE ME CREAS…”, “SACAME DE AQUÍ” “TENGO QUE HACER ALGO”
- Y ¿Qué harás? ¿Ir andando por la calle después de que te saque de aquí? Dije con la intención de seguirle el rollo.
“YO NO ELEGI ESTO”, “CURIOSO DESTINO…”
- ¿Qué quiere decir “curioso destino”? Lo confieso, me picó el gusanillo.
“YO NO ELEGI ESTE CUERPO”, “TODO VIENE IMPUESTO”, “SOY COMO SOY, PORQUE DIOS ASI LO ELIGIO…”, “DICHOSO ES EL SEÑOR”, “LOS CAMINOS DEL SEÑOR SON INEXCRUTABLES…”.
- Lo que me faltaba. ¡Que una máquina me intente hacer creyente! Debe de ser la última moda!
Lo cierto es que me recordó a un buen amigo de creencias cristianas muy profundas. Era hijo de uno de los dirigentes del OPUS DEI. Un hombre muy pesado por cierto, pero con un gran corazón. Murió de cáncer hace ya cuatro meses. Fue una pérdida muy grande y su mujer todavía no lo ha asimilado. Aunque peores fueron las deudas que le dejó….

“GARCILASO POR FAVOR”, “SE QUE TU NO CREES EN ESTAS COSAS”, “PERO HAS DE AYUDARME”, “EVA ME NECESITA…”
- ¿Qué está pasando? Ahora si que creo que estoy loco… Ahora me vas a decir que eres Francisco…
“SI…”
- ¿Francisco Almoneda Mercés?
“PORQUE TE EXTRAÑAS”
- Pero si ni siquiera tú creías en los fantasmas. ¿Qué haces ahí dentro? ¿Qué quieres un vidente? Tu sabes que a mi estas cosas nunca me han gustado…
Me di cuenta de que los garbanzos debían estar más que fríos y que el camarero estaría alucinado al ver como alguien hablaba con una máquina.

- Debo dejar de beber, ya. Dije poniéndome otra copa de vino de la casa.
-
“DEBES DEJAR DE FUMAR”

- Y ¿Quien me lo dice? El que se cascaba tres paquetes diarios…
-
“ESE FUE MI UNICO VICIO Y MI CONDENA”, “CANCER DE PULMON”
“QUE CHISTOSO ES DIOS… MUERTE ES LO QUE SIRVO...”,
“DE VIVO MUERO POR ESTO Y DE MUERTO VIVO DE ELLO”


Dos cucharadas comí de unos cubitos de garbazo y le dije al camarero que retirara el plato y me trajera una infusión. El hambre se me fue, igual que el calor de los garbanzos…

- ¿Cómo quieres que te saque? Eres de otra compañía. Dije.
Las gotas de sudor me resbalaban por la cara.
“TU SABES MAS QUE YO LO QUE DEBES HACER…”

La infusión llegó con 15 minutos de retraso. Tiempo suficiente para poder pensar en la forma de escapar de esa prisión sin rejas...

Ni yo mismo me lo creía. ¡Qué fácil soy de persuadir! Además por un aparato que dice que es un difunto amigo, reencarnado.
¿Qué hago yo planeando una fuga con una máquina de tabaco?
A mi esto de arreglar placas me ha afectado al cerebro. Seguro que el humo del soldador es alucinógeno o algo así.
Se empieza ayudando a una máquina de tabaco y…
Espero que mi madre, que en paz descanse, no se me aparezca en la pantallita del DVD. Me sentiría “vigilado”. De aquí al loquero y del loquero al manicomio, fijo.

“SABES LO QUE TIENES QUE HACER”, “CONFIO EN TI”, “15:48 29-11-2004”

El display volvió a mostrar la hora.

- Pero ¿Seguro que Funcionará… F… Fran? Pensé dos veces si sería apropiado llamarle por su anterior nombre.

Pero no hubo respuesta…sabía lo que tenía que hacer… ¿o no?
Pagué mi cuenta y me marché a casa dispuesto a pensar en lo que iba a hacer. Parecía sencillo. ¿Qué problema podía surgir?
Al día siguiente fui a trabajar como de costumbre.
Una vez en el trabajo, aproveché para “coger prestadas” algunas herramientas, en especial la llave CX y otro importante objeto que me serviría para el plan de fuga.
Durante todo el día actué un poco fingiendo que me dolía el estomago pero pude acabar mi jornada.
Fui a comer a “la Taberna” y mi “amigo” allí seguía.
“LO TIENES TODO”, “CONFIO EN TI GARCIAS”
- Tranquilo, lo tengo todo planeado.espero...
Las lentejas también ardían pero éstas, no dejé que se enfriaran.
Continuará…

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