15 febrero 2005

El martillo y el yunque

El estribo, el martillo y el yunque

Es curioso. Cuanto más alcohol bebo, más me gusta como tocan...
¡Son cojonudos! Al principio del concierto, me parecía que los gallos del cantante (mi colega) hacían que perdiera fuerza la potencia de la música.
Una mezcla entre Héroes del Silencio y Los Suaves pero con toques de Rammstein.
La sala estaba casi vacía, como mucho 15 personas. Todo un record, por cierto.
Al segundo cubata ya no me daba cuenta de que suenan un poco descompasados, quizás es el local, hoy en día lo construyen todo muy deprisa y no se preocupan en los detalles.
Seguro que la acústica de la sala es una porquería.
Sólo lleva abierta dos meses, pero ya han pasado grupos de la altura de Fangoria y Dusminguet, sonaron muy bien, pero deben de ser los equipos que llevan que son tan buenos como caros, y un equipo caro lo soluciona todo, vamos eso creo...
En la cuarta cerveza, y tras los cubatas anteriores, le perdí el hilo a lo poco que pegaban los teclados en ese tipo de música.
Seguramente es que no estoy en medio de la sala y sólo la escucho a ella...
¿Qué curiosa relación deben tener los oídos y el alcohol?
Quizás es que destaponan el cerumen acumulado y aumentan la sensibilidad de la membrana del tímpano.
Seria un buen reportaje para la revista "Muy Interesante"...
A lo mejor es que "el estribo" no coge el "Martillo" y golpea al "Yunque" hasta que no ha cogido el puntillo. Como yo.
Pero ahora, ¡Ostia! Suenan de muerte. Además creo que entiendo hasta la letra. Que mensaje tan profundo...
-¿Como que se ha acabado? En fin no se que hora es...

Mira por ahí viene mi colega.
Del escenario bajaban los componentes del grupo con cara de decepción.
- ¡Joder! ¡Que mal hemos tocado! ¡Pero es que el cabrón ese me estaba despistando! Dijo Juan, el cantante.

- ¿Mal? ¡Tíos habéis estado Cojonudos! ¡Joder 15 tíos en la sala que no se han pirado, que menos!- Dije yo, intentando animar...

Lo cierto es que veía a todo el mundo muy serio.
Lo cierto era que en realidad veía a todo el mundo doble.

- Ya estamos otra vez. Si quieres que sigamos en el grupo, no vuelvas a traer a tu puto amigo el borracho. Nos ha acojonado a todo el personal. Nadie se acercaba, porque estaba el alcohólico éste, haciendo el imbécil. La teclista tenía la cara de pocos amigos.
Bueno supongo que la tendría. Su cara era una mezcla de ojos, narices y bocas. Y con ese carácter dudo de que tuviera amigos.

- No es mi amigo ¡Joder! Es un puto borracho que invite a una cerveza una vez y el muy cabrón se quedó el mechero.

- ¡Haya paz chicos! ¡Que os compro un disco! Por fin he comprendido vuestra música. Ostia tiene un mensaje muy profundo... Dije mientras sacaba de mi cartera 5 euros.
- Son 10 euros. Dijo la "teclas".
- Que precios...Mientras sacaba otro billete.
-Toma y pírate borracho.

-¡Que Bordes!, me dije a mi mismo. Les sigues a todas partes donde tocan, les compras el disco y encima ni te reconocen como fan ni como amigo...

En fin creo que tendré que comprarme una botella de JB para volver a entender la música...

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