30 noviembre 2011

'¡Aquí no Queda ni Dios!' de Boris Miranda

¡Aquí no Queda ni Dios!
¡No pierda  su tiempo leyendo mi puerco relato, no sea imbécil! 
¿Se sintió ofendido?, ese fue mi principal objetivo. Quería hacerle entender el poder de la escritura, un poder tan fuera de sitio,  que  lleva al ser humano a sentir un sinnúmero de emociones. 
Por ejemplo, cuando leí a Don Quijote, pensé que Cervantes no fue parido en este planeta, porque su enorme ingenio causó en mí una sensación tan próxima a la eyaculación. 
Sin embargo, en los supermercados he podido ver tapas de revistas que hablan de cosas como: la última moda en los escaparates en Paris, tal burguesito perdió libras o fue encontrado fornicando con la mujer del prójimo, el zapato más ¨del putas¨ en Hollywood, etcétera la verdad que se me vienen dos emociones (palabrita que va de la mano con la escritura) en mi torcida mente. 
Primera, que se tratan asuntos muy superficiales y de vanidades muy típicas en el humano. Segunda emoción, yo pienso que esas revistillas de pacotilla, son más aburridas que las misas de los domingos.  Personalmente me seducen los grafitis, como aquel que vi en las paredes de una iglesia en la andina Latacunga que decía '¡aquí no queda ni Dios!'
No me puedo imaginar la reacción del cura o de la monja que lee eso todos los días con cara de asco. Seguro pensará lo que dijo mi padre 'los que hicieron esos, son unos fumados' aunque hay otros escritos de otras índoles. 
Por ejemplo, los relacionados a levantamientos populares, anti taurinos, etcétera llegando a la conclusión de que en Ecuador se escribe en las paredes a diestra y siniestra. Indudablemente, los escritos más graciosos los encuentras en los baños públicos en cualquier parte del mundo. 
Casi todos van de la mano con dibujitos de vaginas, penes de tamaños poco creíbles, y mensajes algo así: Laura es una puta, Pepe es gay, llámame al # 2394944 para practicar sexo oral, etcétera. 
Aunque la escritura, con sus grandes representantes, han tenido contradicciones. 
Por ejemplo, Charles Marx escribía para la clase proletaria, pero sus complejísimas escrituras embarradas de teorías económicas, sociológicas, históricas y filosóficas que las hacían difíciles (y las hacen) de entender para la mayoría de los obreros del mundo. 
¿Dónde quedan los personajes que solamente quieren escribir sin faltas ortográficas cuando quieren captar a una chica o para aplicar a un empleo?  ¿O los que les da por escribir cuando están bajo los efectos de alguna droga? ¿Y los que escriben con la zurda? De ese tipo de escritores y célebres puedo mencionar a: Mark Twain, Fidel Castro, H.G Wells, Simón Bolívar, Einstein y mi persona (aunque yo no sea ni célebre y peor un gran escritor). 
El desconocimiento de la escritura le ha arrebatado el pan de millones de infelices, porque el porcentaje de analfabetos en los países más miserables y hambrientos, es para meterse un tiro en la sien. 
Si tuve que utilizar ejemplos duros y otros bastante suaves y sensatos, fue para demostrarle que la escritura se mueve en todos los ámbitos. 
Incluso, cuando usted fallezca y alguien tenga que escribir su nombre sobre su tumba, ¡amén!


Relato enviado por Boris Miranda  
 Gracias Boris por enviar tu relato ;)

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