01 febrero 2016

'Hacia el cielo' por Laura Barrios

'Hacia el cielo' por Laura Barrios

Llega el frío invierno. el día amaneció, dieron las 7 de la mañana en el reloj, y comenzó a sonar. Rafael se levantó como cada día, se puso sus viejos zapatos de estar por casa y bajó a hacerse el desayuno. A continuación se asomó al buzón, estaba vacío, miró su contestador, ni un solo mensaje nuevo.
Rafael comenzó a hacer sus tareas diarias, limpiar, hacer la compra, ir al bar y prepararse su comida. Después de la siesta, se sentó en su polvorienta mesa del estudio y comenzó a escribir; -Querida Teresa, ha pasado solo un día desde que te escribí la última carta. Miro todas las mañanas el buzón, para ver si he recibido tu contestación, pero todavía no me ha llegado, se ve que los carteros se han confundido de calle o algo así ¿Recuerdas nuestra dirección?.

Desde ayer no ha pasado nada nuevo, mi rutina sigue siendo la misma, me levanto todavía echando de menos el olor a café, cuando tú lo preparabas, o me decías ''Buenos días, cariño'' con tanta ilusión e incluso cuando me prometías que me querrías durante toda nuestra vida. No me hago aun la idea de que te hayas ido, han pasado ya seis meses, y te añoro desde el primer día. la casa está vacía, me faltas tú. Teresa, Kiko, nuestro perro, también te echa de menos, aun se pone en la puerta a esperar a que vengas con la barra de pan y le des un trocito.

Te necesito más que nunca, la soledad se apodera de la casa, no hay nada de ruido, no hay gritos ni tampoco risas y es la sensación más mala del mundo, sé que donde estés, estás bien cuidada, también sé que estás cuidándome día a día para que todo me vaya bien, pero no me acostumbro, desde Noviembre, no volví al cementerio, espero que me perdones Teresa, pero me quiero ir, quiero emprender un viaje en el que pueda estar a tu lado, quiero irme contigo.
Hasta la próxima carta mi amor, hasta mañana.
Te quiero. Rafael.

Se levantó de la silla, y como siempre, enrolló la carta, como si fuera un tubo muy fino, lo metió en el globo, rojo con forma de corazón, lo hinchó con helio y salió al patio trasero, donde lo soltó viendo como se elevaba al cielo, con la esperanza de que su mujer pudiera leerla otra noche más.

Así acaba el día para Rafael, otro día mas acabado, con la seguridad de que a la mañana siguiente si recibiría una carta de ella, otro día menos para reencontrarse con su verdadero y único amor, Teresa.


Relato enviado por Laura Barrios
Gracias Laura por enviar tu relato ;)

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