"Drug's Soul" de José Sánchez
Se sentía desgarrado por
dentro, sentía, la música de discoteca penetrar sus oídos, el miedo recorría su
espalda perlada por el sudor, sus ojos, rojos, dejaban ver la desesperación de
aquel que pierde la verdad de sus palabras y la esperanza de sus oídos.
Caminaba, de día, por las
calles, sin nada que hacer, para él todo eran ya desconocidos a los que mirar
con miedo y aprensión, clavaba sus pupilas, verde muerto, en los tímidos ojos de aquellos que gozaban aún
de algo de paz en su psique; su mente, sin embargo era un cúmulo de paranoia,
rabia y confusión. Se paró, detrás de un contenedor, suavemente se deslizó
hasta el suelo y allí, escondido a los ojos de la sociedad encendió con una
temblorosa y raquítica mano un cigarro envuelto en papel amarillento. Sentía el
suave humo recorrer sus pulmones, su cabeza daba vueltas, ya no tenía control
sobre nada; por lo menos ahora no sufría los tormentos que le acompañaban
cuando era solo él, sentía que aquello que poblaba sus nervios y alteraba sus
sentidos era lo único dispuesto de darle algo de cariño, que era lo único que
no iba a juzgarle.
Padres, hermanos, amigos,
familia y conocidos, todos creían ayudarle, pero se cansaron de él, todos lo hacen,
los sentía distantes, ellos no le comprendían, ellos no eran suficiente…. Sus
visión se difuminó y sintió la tensión aumentar en sus venas, creía que la
sangre iba a acabar huyendo de él a través del delicado papel de su piel,
marcado por las colillas y tejido por pinchazos y tatuajes. Una bonita rosa
desafiaba con su belleza la triste figura de una pierna desfigurada por la
delgadez, sus espinas se clavaban en los músculos de la desgastada
articulación.
Caminaba, vacilante, se
tambaleaba, apenas pudo llegar a una desvencijada puerta de metal cobrizo,
tocó, con la poca fuerza que le quedaba, hasta que la puerta se abrió, deslizó
la mano por el bolsillo de su sudadera, le entregó un arrugado billete al
hombre negro que le miraba con cara de desprecio y masculló un gutural ruido
exigiendo una dosis, sin mediar palabra y tras un breve instante salió con una
pequeña bolsa de plástico cogió mirándola con recelo, para luego observar como
la cortina celeste caía, ocultando con su negro telón salpicado de estrellas
las calles de una ciudad sin rumbo , siempre a la deriva. Deambuló, sintiéndose
dueño de las calles, inclinando la cabeza mirando con desdén al que era su
mundo queriendo dormir, más tarde que temprano llegó a un parque donde habitaba
un ruiseñor, se tumbó en la hierba y abrió una bolsa, con cuidado sacó la
jeringa con su plateada punta, introdujo el frío líquido en sus venas, sonrió y
saludó a Morfeo.
Le dijo buenas noches al
bosque y buenos días a sus sueños, era un niño, corría descalzo, sentía, húmedas
y vivas a las plantas que pisaba, el barro, empapaba sus pies, los rayos de tímida luz nocturna se
filtraban entre las copas de los árboles, giró y dio vueltas, rió, bailó y
abrazó a las estrellas, sonrió, y su corazón dejó de latir.
Relato enviado por José Sánchez
Gracias José por enviar tu relato ;)
4 comentarios:
Holaaa, nos encanta tu forma de escribir, parece muy natural, nos encantaría que mirases nuestro blog y nos dijeseis (Todos, seguidores y escritor/a) qué tal está: http://etereopensamiento.blogspot.com.es/ agradecemos todos los comentarios y consejos y si queréis colaborar seréis bien recibidos.
Muchas gracias: Clara, Miguel y Paula
Me ha traído recuerdos de lo que en su día desboqué en mi ya abandonado blog. Y con un baile de egocentrismo aquí lo dejo. http://requiemforabeam.blogspot.com.es/2012/02/se-desperto-de-madrugada-sudoroso-y-con.html?m=1
Me hace recordar momentos en los que yo estaba también perdido. Está muy bien escrito.
He comenzado a crear un blog me gustaría conocer tu opinión: http://bitacoradeomar.blogspot.com.es/
Está bien escrito, pero a mi no me engancha.
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