28 febrero 2005

Su Tabaco, Garcias (Parte 5)

Parte 5

Que fría está una casa si no hay nadie viviendo en ella. Pero yo tengo una ventaja: mi pisito se calienta rápido.

30 metros cuadrados no dan para correr pero si para tenerlo todo donde hace falta.

Una sola habitación y un lavabo, el resto, la famosa distribución por cortinas. No os podéis imaginar lo que una conocida marca de muebles y decoración puede hacer por vosotros si estáis en la misma situación...

El “estudio”, es decir, el rincón donde estudio, está formado por una mesa de 50 centímetros y una silla y da codo con codo con la cocina, un fogón con horno, una mini nevera siempre vacía y una mesita con bisagras a la pared.

Sobre el estudio una televisión con DVD y una cadena de música hacían equilibrio en una estantería hasta el techo. Detrás del estudio, la cama, ahora escondida tras un armario, y seguramente con las sábanas arrugadas.

Al la derecha de la cama el lavabo, con su mini taza, su mini plato de ducha y su mini pica. Y a la izquierda la puerta de la casa, por donde entré con prisas.

La estufa de butano se encendió, tras unos toques maestros de mis manos, y en cinco minutos ya tenía aclimatado el mini apartamento, aunque peor es el dolor de cabeza que da ese calor.

De mi mochila saqué la caja “ESTX” y la deposité sobre la mesa.

Me subí a la silla e intenté localizar la caja de herramientas “buena”. Una caja de herramientas “buena”, es aquella que sólo utilizas para ocasiones especiales, como el güisqui “bueno”, aunque la mayoría de las herramientas hayan salido del trabajo, donde tratas con materiales de calidad.

Pesaba mucho, había mucha calidad dentro.

Saqué una pila de petaca de 12 voltios a medio cargar, el destornillador CX, alicates, soldador y estaño.

Con cuidado abrí la caja y allí estaba la memoria.

Dos terminaciones eran las que recibían la energía y encajaban en la ranura de la máquina preparada para tal efecto. Sólo era necesario soldar dos cables cada uno a un borne y soldarlo a la pila, eso lo podía hacer hasta un mono.

El display mostró una ristra de ochos, el número universal de todo aparato, con el ocho se pueden hacer todos los números y la mayoría de las letras.

Eso me indicaba que iba por buen camino, aunque no mostraba ningún mensaje especial a excepción de la hora y el día.

“11:48 01-12-2004”

Por mucho que preguntara, no recibía contestación. Los minutos iban pasando y a medida que incrementaban también crecía mi nerviosismo.

Empecé a gritar su nombre muy alto, realmente lo podía decir más claro, pero no más alto.

“11:52 01-12-2004”

El pánico me invadió.

Habría cogido la caja buena, si es que realmente la llegué a cambiar. Todo fue tan rápido. Pero no quería volver a ese sitio, la fama la tenía por los suelos.

Me imaginaba al dueño echándome los garbanzos al rojo vivo por la cabeza, por haberle estropeado la máquina.

Tenía que volver. Me había dejado la caja buena puesta….Que cabeza…

- ¡Dios mío! Exclamé. Lo que es peor, me he vuelto totalmente paranoico.

Está todo en mi cabeza. No hay espíritus en máquinas de tabaco. Además nunca he creído en esas cosas….mañana voy a un psiquiatra….

Con el soldador volví a quitar las soldaduras hechas es las terminaciones, y entonces vi una marca en la parte de atrás de la caja.

Una equis blanca, me indicaba que esa era propiedad de mi empresa, realmente había cometido un error garrafal.

Cerré la caja y la volví a meter en la mochila tirándola con rabia. El sonido fue el de un impacto plástico con plástico.

- Que tonto soy, me he equivocado. ¡Claro! Dije quitándome de nuevo la cartera.

Lo que no recordé fue que de mi empresa había cogido dos cajas en lugar de una y en vez de sacar la caja titular, había sacado la suplente, que definitivamente se quedaría en el banquillo.

Con gran velocidad saque la “ESTX” buena y repetí la operación.

La pantalla se plagó de ochos y mi alegría volvió de la misma forma que las palabras recorrían la pequeña pantalla de derecha a izquierda.

“BENDITO SEAS SI QUE HAS TARDADO”, “NO ESPERABA MENOS DE TI”

Mi risa rebotaba en las paredes, como una pelota de frontón y una de dos posibles cosas era cierta. Me había vuelto loco definitivamente, o mi amigo estaba hablándome a través de un pequeño aparato…

- ¿Como es posible? ¿Por qué puedes comunicarte?

“NO LO SE”, “PERO DEJE ALGO PENDIENTE QUE DEBO ACABAR”

- ¿Has visto a dios? ¿Cómo es el cielo? ¿Has visto la luz al final del túnel?

-

“ESO……”, ”… NO TE LO PUEDO DECIR……”, “CUANDO ESTES PREPARADO LO SABRAS”

- ¿Y cuando estaré preparado? ¿Has vuelto por mí? ¿Voy a morir?

-

“NO… NO HE VUELTO POR TI”, “LO OTRO… SOLO DIOS LO SABE”

- ¿Pero porque una máquina de tabaco? ¿Por qué no en una persona? Yo pensé que las almas sólo se reencarnan en seres vivos….

“YO NO ELEGI ESTA FORMA”, “COMO YA HE DICHO EL SEÑOR TIENE MUCHO SENTIDO DEL HUMOR”, “AMIGO……”, “EN EL PURGATORIO HAY MUCHAS…… MUCHISIMAS ALMAS”, “Y CADA VEZ HAY MENOS SERES VIVOS”, “HAN DESAPARECIDO MUCHAS ESPECIES”,”Y MAS QUE ESTAN EN PELIGRO DE EXTINCION”, “PERO…HAY QUE ADAPTARSE A LOS NUEVOS TIEMPOS”, “…HE SUSTITUIDO PULMONES, CORAZÓN, MANOS Y RIÑONES… “,”POR BOBINAS, RESISTENCIAS, BOTONES Y CONDENSADORES…”, “GARCIAS……ME QUEDA MUY POCO TIEMPO…..”, “NECESITO TU AYUDA…..”

- Claro amigo. Perdona. Cuéntame.

“NO SE COMO PODRE AGRADECERTE TODO ESTO”,”AHORA TIENES QUE…….”

- No te preocupes por mí. Dime, cuéntame…

-

“TIENES QUE LLEVARME ANTE MI MUJER”, “HE DE DECIRLE ALGO MUY IMPORTANTE”

Mis manos puse sobre la cabeza y el labio inferior se quedó agarrotado por la sorpresa.

- Una cosa es que te saque de un restaurante y otra que vaya a tu… mujer y le diga que su difunto esposo está reencarnado en una pantallita electrónica. Le diré: “Tranquila que no muerde, puedes tocarle…”…

-

“TU ERES EL EXPERTO”,”NECESITO…..”, “ME QUEDA MUY POCO TIEMPO….”,”………………….”

El silencio visual se hizo y un soplo imaginario en el corazón me hizo estremecer.

- Pero ¿Qué puedo hacer?

Continuara…

24 febrero 2005

Su Tabaco, Garcias (Parte 4)

Parte 4

- Buenos días. ¡Documentación! El agente no dejaba de mirarme de arriba a abajo.

- Buenos días .Si tome. Saqué la cartera y de ella cayó el carné falso de ENAXTAB que había estado “fabricando” el día anterior.

- Y esto ¿Qué es? El agente miró con incredulidad el carné.

- Es que… Yo…bar…. amigo… máquina…tabaco… Dios…

Miles de palabras salieron de mi boca. Ninguna con sentido.

- Y ¿Va a tardar mucho? Preguntó el policía.

- Eeem... No... Poco.... Diez minutos. ¿Pasa algo agente? ¿He hecho algún delito?

- Aún No.¿Tiene monedas sueltas? El policía extendió su mano derecha, entregándome el carné.

- ¡Claro! Dije sacando dos monedas de veinte céntimos. Sólo tenia de veinte, las que tenía de dos euros estaban en la ranura de la máquina…

- ¡Mire ahí está la máquina! El horario de la Zona azul empieza a las 10:00, y son las 10:30. Saque un ticket para el tiempo que quiera. Y si después no viene a ampliar ese tiempo, le pondré una multa de 5 euros. Usted sabrá….

Y el agente se marchó calle abajo para revisar los papelitos que había en los coches, y supongo que a ver si caía alguna multa… y cayó...

En ese mismo momento me di cuenta de que el sol lo tenía a mis espaldas y era imposible que el agente hubiera visto nada en el interior.

Fui corriendo a la máquina e introduje las dos monedas.

“10:32 estacionamiento para las 10:52”, “Recoja su ticket. Gracias”

Y me cercioré de que realmente ponía “Gracias”.

Habían pasado veinticinco minutos, no iba tan mal de tiempo, pero aún quedaba lo peor…

Vísteme despacio que voy con prisa….Pensé mientras empezaba a caminar cada vez más deprisa.

- Vestido estoy, ahora sólo falta correr.

Atravesé las dos manzanas a gran velocidad y justo una puerta antes del bar, me detuve.

Estaba sudando como un cerdo y no sabía si la barba se me había despegado.

La gorra hasta las cejas, una camisa amarilla dos tallas más grandes, una barba completa de “Melchor”…

- ¡Que pinta! Parece que voy a los carnavales. Dije mirando el cristal de la cabina de teléfono que hacía la función de espejo.

Uno se da cuenta de sus propios fallos si los conoce, a no ser que sean muy obvios y los vea todo el mundo...

Cuando me di cuenta tenia todo el mentón irritado por culpa del pegamento de la barba, y lo peor era que no podía rascarme o se despegaría.

Al fin, aspiré profundamente dos veces y adelanté la pierna izquierda para entrar por la puerta.

- ¿Es mejor empezar con la izquierda o con la derecha? Pero si nunca he sido supersticioso… ¿Que estoy diciendo?

No podía detener el temblor de mis piernas.

- ¿Y la voz? ¡Joder! No he caído en ese detalle. Con lo malo que soy haciendo imitaciones.

Miles de dudas atacaron mi cabeza. El pie que había avanzado lo retrasé.

Quería irme a casa. Quitarme esa odiosa barba. Olvidarme del tema.

- ¡Dios como pica! ¡Esto es una mierda!

Una furgoneta color gris pasó por la calle. Lo que me llamó la atención fue la pegatina de la empresa. “ENAXTAB”.

- No. Son ellos… Joder. Joder. Joder. Dije reculando sobre mis pasos.

Habían pasado diez minutos y yo delante de la puerta del bar como un maniquí.

En la calle no había sitio y yo sabía que el único hueco disponible a esa hora, era la zona azul, justo al lado de mi coche. Cinco minutos y ellos estarían aquí.

Di media vuelta y empecé a caminar dirección contraria.

A mi cabeza acudieron pensamientos.

Recuerdo que Fran siempre decía que era un cobarde. Nunca cambiaré.

Además me estaba volviendo loco…

- ¿Cómo es posible que un muerto se reencarne en una máquina de tabaco?

Él siempre me defendía de pequeño… ¿Qué tenia que hacer?

Sólo entrar: Buenos días. Abrir. Sacar. Cambiar. Cerrar. Salir.

La parada del bus mostraba la publicidad del momento.

- “JUST DO IT”… “Sólo Hazlo”. No pienses.

Este era mi momento de demostrarles a todos lo que valía…

Di la vuelta y corrí hacia el bar. La barba arranqué de mi cara y la tiré a una papelera.

Entré en el bar. Berni estaba en la barra.

- Buenos días. Vengo de ENAXTAB. Y dejé el carné sobre el mostrador.

Me dirigí directamente a la máquina y saqué mis herramientas.

- N… ¿Nos Conocemos? Preguntó Berni interrogándome con la mirada.

- No. Siempre viene mi compañero. Pero ahora viene, está aparcando. – Nunca llegaré a saber de donde salió esa voz tan grave.

- ¿Es por el cable no? Dije dirigiéndome hacia el aparato.

- ¿Cómo lo ha sabido? ¡Yo no le dije nada! Dijo Berni, con esa mirada que utiliza para atemorizar a sus victimas. Pero hoy no sería yo la víctima.

- Eeemm. Lo he supuesto. Hay un gamberro por esta zona que es de otra compañía que se dedica a cortar los cables. Un cabronazo. Tiene unas gafas de pasta grandísimas, bajito feo…. Como lo pille un día… lo destrozo. Dije poniendo cara de perro sarnoso.

- A..ah. Creo que tengo una tarjeta de él. Ahora la busco…

Vaya forma de echarse mierda por encima de uno mismo. Éste seguro que llama a la empresa acusándome… pero no tienen pruebas…ya pensaré más tarde en ello.

Abrí la máquina y destornillé la caja de protección de la memoria con los tornillos CX en 5 segundos.

Saqué la otra memoria que había cogido prestada de mi empresa y la reemplacé.

10 segundos más tarde, la caja ya estaba atornillada como si nada hubiera pasado.

Di la vuelta a la máquina y observé el cable en el suelo.

Me dirigí hacia el mostrador y recogí el carné.

- Voy a buscar a mi compañero para que traiga un cable y lo ponga. Enseguida viene. Dije mientras salía por la puerta.

- P.. Pero… ¿Cómo…? Berni se quedó con la boca abierta sin moverse.

Salí del bar y al final de la calle tropecé con el técnico verdadero. Me quité la gorra y me puse las gafas de sol. Que curioso era ver a dos personas en la calle cruzarse con la misma ropa. Camisa amarilla y pantalones azules…

La mejor actuación de mi vida.

Al llegar al coche dos cosas más me asombraron: había pasado un minuto de los veinte que ponía en el ticket de la zona azul y un papelito me informaba de que debía pagar 5 euros de multa.

El guardia pasó por detrás.

- ¡Perdone agente, pero si sólo ha sido un minuto! Dije intentando poner cara de pena.

- Las normas son las normas. Si paga ahora son 2 euros, sino 5. Usted sabrá.

Revisé en mi cartera y volvió a caer el carné falso al suelo.

Sin darle importancia recopilé la colección de monedas de veinte y le serví 10 de ellas en la mano del agente, llegando a la cantidad exacta de dos euros.

- Tome el recibo. Dijo el guardia con cara de satisfacción.

- Gracias. Y me reprimí el comentario de: “Tómese la cervecita a gusto”.

- Oiga. Póngase “After Save” sin alcohol, que tiene toda la cara irritada. Está usted mejor sin barba. ¡Ha hecho bien en afeitarse! El agente que había recogido el carné del suelo, me lo entregó y cerró la conversación con un guiño y una sonrisa.

Ya había conseguido la fuga, pero… ¿Cuanto tiempo resiste un alma sin pilas?

Recordé que tenía a mi supuesto amigo en la mochila, así me metí en el coche y lo saqué pero la pantalla no mostró ningún mensaje.

- Necesito Energía. Dije

Arranqué el coche y me dirigí hacia mi casa. En ella tengo todo lo necesario…

Continuará

23 febrero 2005

Su Tabaco, Garcias (Parte 3)

Parte 3
Llegó la mañana del uno de diciembre, y con ella el gran día.
Llame a Jose, mi jefe, y le dije que me encontraba muy mal…
- ... posiblemente tengo "gastroenteritis "Jose, algo que comí ayer….

Colgué y me dirigí hacia “la Taberni”. Entré, saludé y me senté tres mesas por detrás de la que estaba al lado de la máquina.
Fran me había contado que los miércoles es el día de fiesta de Berni y no estaría en todo el día. En el bar sólo había un camarero joven.
No había nadie así que con un café con leche tuve que esperar a que hubiera otra persona más.
Entró un hombre mayor andando con dificultad. Por la confianza con el joven, parecía que era un cliente fijo y se sentó en la barra de espaldas a mi.
- Un “Sol y sombra”. Gritó con la voz rasposa.
Lo cierto es que estaba esperando la ocasión de que se despistara el camarero para empezar con el plan. Y el momento llegó…
El camarero se había quedado sin anís y se disponía a buscar más en el almacén, que estaba detrás de una cortina de tiras con nudos.
Cuando desapareció, me dirigí como un rayo a la pantalla .
- Lo voy a hacer. Por fin serás libre.
“CONFIO EN TI”, “ME PONGO EN TUS MANOS”
- Aguanta compañero. Dije desplazándome hacia la parte de atrás.
Cuando el camarero volvió, me encontró golpeando la máquina como un loco.

- ¡Eh! ¡Eeeh! ¡Cuidado joder! ¿Que coño pasa? Dijo el joven con enfado.
- ¡Que se me ha quedado los cuatro euros la cabrona!

En la pantalla no marcaba nada. El camarero fue hacia la barra y trajo las llaves.
Cuando la introdujo se extrañó de que la máquina no tuviera la luz encendida y la pantalla no mostrara nada.

- Juraría que la he enchufado esta mañana. Dijo extrañado el joven.
Dio la vuelta a la máquina y cuando se dispuso a coger el enchufe de suelo, lo cogió, pero se le quedó en la mano….
“Alguien” había seccionado el cable desde el principio.
- ¿Quien coño…? Cuando lo sepa Berni me mata…. Una mezcla de angustia y rabia se podía ver en la cara del camarero.
Fue rápidamente hacia la barra y cogió el teléfono.
- ¿Si? Oye Berni, que me he encontrado el cable de la máquina de tabaco…Si, si lo tengo en la mano…Todo…no, no puedo enchufarla, ¿Cómo la voy a enchufar con los dedos?....Diez minutos…Vale te espero.
¡Mierda! No contaba con que llamara a Berni, y encima viene para aquí. Si me ve aquí fijo que sospecha de mí. Y yo que pensaba que llamaría al servicio técnico….Tendría que haberlo planeado…Joder…
Aún y así me pedí un bocadillo de atún y una cerveza. Con la mezcla de leche y cerveza seguro que me entra gastroenteritis...
Berni llegó .Habló con el camarero y fue directamente a ver el daño ocasionado.
Con el cable en la mano, se giró y pude ver en sus ojos acechadores algo que me hizo pensar que sabía que había sido yo.
Un sudor frío me bajo por la sien y las manos me temblaban así tuve que dejar la cerveza porque con el tembleque las gotas salpicaban en la mesa.
Berni fue hacia la barra y buscó en la guía. Descolgó el teléfono y marcó el número que yo estaba esperando.
- ¿ENAXTAB? Hola, soy de “la Taberni". Si, mira que ha pasado algo con su máquina …Si, si, entiendo…Vale, ¿Cuanto? 40 minutos vale. Hasta Luego y gracias.
Acabé el bocadillo y la cerveza. Tengo veinte minutos para hacer una “fuga”.
Me acerqué a la barra para pagar y Berni se dirigió hacia mí.
- ¡Mira! Un cabrón ha cortado el cable de la máquina. ¿Tú no has visto a nadie, no?
- ¿Yo? No, ¿Por qué crees que tenía que haber visto nada? Yo he sido quien se ha dado cuenta. Joder se me ha quedado cuatro euros, el chaval lo sabe, se lo he dicho. Dije nervioso.
- Bien, bien. Tranquilo. Cuando la arreglen, si es que hay dos monedas de dos euros en la rejilla te los devolveré.
Para mi tranquilidad, los había metido previamente. Pagué y me fui del bar. Todavía recuerdo una mirada de odio clavándose en mi nuca.
Seguramente pensaría que lo había hecho para que se cambiara de compañía.
Pero mejor eso, que saber que lo hacia por un amigo muerto, que estaba en esa máquina…

Y ahora ¿Cómo me hago pasar por un técnico? Si me han visto toda la cara. Ya me tienen fichado. No contaba yo con el dueño. ¡Mierda! Esto no puede salir bien…
Pero no puedo esperar ha de ser hoy y ahora mismo, casi no tengo tiempo.
Habían pasado 10 minutos y el reloj avanzaba…
Tenía el coche una manzana por detrás del bar. Dentro había camisa, pantalones y chaqueta. El día anterior compré una barba postiza y estuve haciendo pruebas en casa pero no quedé satisfecho. Quedaba muy a “rey mago”.
Me quité las gafas y me puse las lentillas que me pongo los fines de semana, la camisa, los pantalones y la chaqueta.
¿Me pongo la barba o…? No hay más remedio.
En el retrovisor me retoqué sin mucho afán.
El pegamento de la barba me provocaba un picor insoportable en el mentón.

Cuando salí del coche, era otro. Me di cuenta de que un policía podía haber estado observando toda la transformación y se acercó hacia mí.
¿Me pueden multar por disfrazarme? Pensé

Continuara…

22 febrero 2005

Su Tabaco, Garcias (parte 2)

Parte 2

En vista del ridículo, no volví hasta pasadas dos semanas.
Los cinco euros extras por menú del resto de bares, hicieron que me tragara el orgullo, ya que de la otra manera no podría “tragar” nada más hasta el mes siguiente.

Al entrar, me mordía la curiosidad y me dirigí hacia la máquina.
Un niño jugaba con sus botones.
“14:18 29-11-2004” , “Selección 1 … 2.4…”, “Selección 3 …”, “Selección …”, “Ayudame Garcilaso…”
De un salto me abalancé hacia la máquina y aparté al niño.
El niño sería lo suficiente pequeño para no poder ver la pantalla y además su versión no sería muy creíble.
“Garcias…Ayu…”, ”Su tabaco, Gracias” y cayó un paquete de “CAMEL” y dos monedas de 10 céntimos.
Asombrado me quedé. ¿Es posible que el niño haya encontrado la clave de burlar el sistema de seguridad? O es que alguien había metido dinero y no ha seleccionado…no… si hubiera pasado eso, ahora estaría dándole patadas…pero el niño no llega a introducir las moned…
- ¿Ocurre algo?
La voz provenía de “Berni”, el dueño.
- Pues mire, ya que está usted aquí. Me acaba de dar un paquete de CAMEL, por la cara. Dije mostrando la cajetilla con el cambio.
- ¿Ah si? Dijo sorprendido Berni. Nadie de este bar me hubiera dicho nada si eso fuera cierto.
- Yo no soy nadie. Además no me gusta esta marca…

El dueño fue hacia la barra y trajo lo que parecían las llaves.
Seleccionó una de entre cinco y la introdujo en la cerradura. La máquina se abrió y, no se porque, esperé encontrar a un enano con un teclado en su interior.

El interior estaba impoluto, la pantalla y la memoria programada estaban protegidas con una caja “ESTX” y tornillos de clase CX, que requerían de una herramienta especial que no llevan los instaladores. Sólo un técnico de reparaciones tiene esa herramienta, aunque siempre pueden robarla claro…

Berni cogió la cajetilla de mi mano y la volvió a introducir en la columna correspondiente. Después cerró y volvió hacia la barra.
- ¿Va a comer sólo? Le invitaré a café. Pregunto el dueño sin mirarme.
- Si, como siempre. Gracias.
“Era para ti Garcias”, ”Ayudame Garcías por favor” El aparato volvió a escribir.
- ¿Pero qué está pasando? ¿Realmente se está refiriendo a mi? Dije mirando hacia un señor que comía justo en la mesa de al lado de la máquina.
Éste, que estaba con el café, se levantó y se fue echándome una mirada de desconfianza, como aquel que mira a un loco.
Aproveché la situación y ocupe ese lugar.
Desde esa silla se podía leer perfectamente la pantalla que, ahora volvía a marcar la hora.
Giré la vista hacia el camarero y éste al verme, con un gesto de desagrado se dirigió hacia mí.
- Ahora vengo a tomarle nota. Dijo mientras retiraba los platos sucios y la taza de café.
Y aún se enfadó más cuando vio las dos monedas de 10 céntimos en mi mano medio abierta y el platillo que contenía la factura vacío.

Al volver la vista me centré en la pantalla que ahora estaba apagada. Y de repente…

“NECESITO TU AYUDA GARCIAS”, “TIENES QUE AYUDARME”.

Yo me estoy obsesionando con el trabajo. Pensé.

“GARCILASO GARCIA GARCIA”, “ERES EL UNICO QUE PUEDE AYUDARME”

¿Cómo sabe mi nombre? Pensé mientras intentaba adivinar quien me podía estar tomando el pelo.

“GARCILASO SOLO TU PUEDES AYUD…” y desaparecieron de la pantalla.

- ¿PERO QUE COÑO QUIERES JODER? El grito posiblemente se escuchó hasta en el bar de enfrente.
- Venía a tomarle nota, señor. Si quiere vuelvo más tarde… dijo el camarero asustado.
- ¿Eh? No, no perdona.¿Qué…? ¿Qué tienes en el menú? Dije descolocado.
- De primero: garbanzos, acelgas o cocido madrileño y de segundo: Filete, dorada a la sal y tortilla de habas.
- Eeeeeeeem . Comeré garbanzos y tortilla. Gracias.
El camarero marchó y me quedé pensando en mis cosas, y durante ese momento se me olvidó por completo que la máquina tenía mi nombre en su memoria. Hasta que volví a girar la cabeza.
“SIENTO MOLESTARTE PERO TIENES QUE AYUDARME”
- Pero ¿Que quieres que haga? Dije bajito. Como si pensara que realmente me pudiera entender.
“SACAME DE AQUI POR FAVOR” , “PUEDO PAGARTE…”
- Si hombre, que quieres que te lleve debajo del brazo. Además perteneces a otra compañía. Y tú… ¿Cómo coño sabes mi nombre?…Un momento… Pero ¿Qué hago?¿Le estoy hablando a una máquina de tabaco?, Esto es el colmo…
“POR FAVOR LLEVO MUCHO TIEMPO ESPERANDOTE”
“ERES EL UNICO QUE PUEDE AYUDARME”
“TIENES QUE SACARME DE AQUÍ SOY FRANC….”
La máquina volvió al fundido en negro de su pantalla.
-¿Señor? Preguntó el camarero viendo que tenia los brazos sobre el medio del mantel y no dejaba de mirar al aparato.
- Si. Gracias. Los garbanzos no había quien se los comiera. Recién sacados de la olla, la humareda me nubló las gafas de pasta y por un momento, todo se volvió borroso.

Yo sin gafas no soy nadie. ocho dioptrías en el ojo izquierdo y diez en el derecho. Pesan más mis gafas que mi móvil.

Cuando los cristales estuvieron limpios, volví a mirar con interés la pantalla.
“NECESITO QUE ME CREAS…”, “SACAME DE AQUÍ” “TENGO QUE HACER ALGO”
- Y ¿Qué harás? ¿Ir andando por la calle después de que te saque de aquí? Dije con la intención de seguirle el rollo.
“YO NO ELEGI ESTO”, “CURIOSO DESTINO…”
- ¿Qué quiere decir “curioso destino”? Lo confieso, me picó el gusanillo.
“YO NO ELEGI ESTE CUERPO”, “TODO VIENE IMPUESTO”, “SOY COMO SOY, PORQUE DIOS ASI LO ELIGIO…”, “DICHOSO ES EL SEÑOR”, “LOS CAMINOS DEL SEÑOR SON INEXCRUTABLES…”.
- Lo que me faltaba. ¡Que una máquina me intente hacer creyente! Debe de ser la última moda!
Lo cierto es que me recordó a un buen amigo de creencias cristianas muy profundas. Era hijo de uno de los dirigentes del OPUS DEI. Un hombre muy pesado por cierto, pero con un gran corazón. Murió de cáncer hace ya cuatro meses. Fue una pérdida muy grande y su mujer todavía no lo ha asimilado. Aunque peores fueron las deudas que le dejó….

“GARCILASO POR FAVOR”, “SE QUE TU NO CREES EN ESTAS COSAS”, “PERO HAS DE AYUDARME”, “EVA ME NECESITA…”
- ¿Qué está pasando? Ahora si que creo que estoy loco… Ahora me vas a decir que eres Francisco…
“SI…”
- ¿Francisco Almoneda Mercés?
“PORQUE TE EXTRAÑAS”
- Pero si ni siquiera tú creías en los fantasmas. ¿Qué haces ahí dentro? ¿Qué quieres un vidente? Tu sabes que a mi estas cosas nunca me han gustado…
Me di cuenta de que los garbanzos debían estar más que fríos y que el camarero estaría alucinado al ver como alguien hablaba con una máquina.

- Debo dejar de beber, ya. Dije poniéndome otra copa de vino de la casa.
-
“DEBES DEJAR DE FUMAR”

- Y ¿Quien me lo dice? El que se cascaba tres paquetes diarios…
-
“ESE FUE MI UNICO VICIO Y MI CONDENA”, “CANCER DE PULMON”
“QUE CHISTOSO ES DIOS… MUERTE ES LO QUE SIRVO...”,
“DE VIVO MUERO POR ESTO Y DE MUERTO VIVO DE ELLO”


Dos cucharadas comí de unos cubitos de garbazo y le dije al camarero que retirara el plato y me trajera una infusión. El hambre se me fue, igual que el calor de los garbanzos…

- ¿Cómo quieres que te saque? Eres de otra compañía. Dije.
Las gotas de sudor me resbalaban por la cara.
“TU SABES MAS QUE YO LO QUE DEBES HACER…”

La infusión llegó con 15 minutos de retraso. Tiempo suficiente para poder pensar en la forma de escapar de esa prisión sin rejas...

Ni yo mismo me lo creía. ¡Qué fácil soy de persuadir! Además por un aparato que dice que es un difunto amigo, reencarnado.
¿Qué hago yo planeando una fuga con una máquina de tabaco?
A mi esto de arreglar placas me ha afectado al cerebro. Seguro que el humo del soldador es alucinógeno o algo así.
Se empieza ayudando a una máquina de tabaco y…
Espero que mi madre, que en paz descanse, no se me aparezca en la pantallita del DVD. Me sentiría “vigilado”. De aquí al loquero y del loquero al manicomio, fijo.

“SABES LO QUE TIENES QUE HACER”, “CONFIO EN TI”, “15:48 29-11-2004”

El display volvió a mostrar la hora.

- Pero ¿Seguro que Funcionará… F… Fran? Pensé dos veces si sería apropiado llamarle por su anterior nombre.

Pero no hubo respuesta…sabía lo que tenía que hacer… ¿o no?
Pagué mi cuenta y me marché a casa dispuesto a pensar en lo que iba a hacer. Parecía sencillo. ¿Qué problema podía surgir?
Al día siguiente fui a trabajar como de costumbre.
Una vez en el trabajo, aproveché para “coger prestadas” algunas herramientas, en especial la llave CX y otro importante objeto que me serviría para el plan de fuga.
Durante todo el día actué un poco fingiendo que me dolía el estomago pero pude acabar mi jornada.
Fui a comer a “la Taberna” y mi “amigo” allí seguía.
“LO TIENES TODO”, “CONFIO EN TI GARCIAS”
- Tranquilo, lo tengo todo planeado.espero...
Las lentejas también ardían pero éstas, no dejé que se enfriaran.
Continuará…

21 febrero 2005

Su Tabaco, Garcias (Parte 1)

Parte 1
Las jornadas intensivas siempre me habían gustado, salvo por el pequeño, pero no por ello menos importante, problema de la comida.
Entras a las ocho de la mañana y terminas a las cuatro de la tarde, sin parar para comer nada. Ni almorzar, ni desayunar.
Claro luego llegas al bar y arrasas con el primer menú que aparezca…
Siempre suelo ir al mismo bar, “La TaBerni”, porque se come bien y barato.
Trabajo en una empresa pequeña que distribuye, repara y transporta máquinas de tabaco.
Me llamo Garcilaso García García. Bastante tengo con que mis padres fueran primos, como para que encima me llamaran Garcilaso …
Como han podido comprobar, dada la repetición, me apodan “el Garcías”.

Trabajo reparando máquinas de tabaco, a diferencia de mis dos compañeros: Martín y López que las distribuyen e instalan (y aprovechan la ocasión para comer y beber en todos los bares donde dejan las máquinas, pero pagando con tabaco)
Espero que esto no se lea como envidia, aunque la haya, pero de la sana.

Pese a ser una empresa pequeña movemos gran cantidad de pedidos, no se pueden imaginar la cantidad de máquinas de tabaco que se estropean al día…
Aunque mi jefe, viendo el futuro, ya está pensando en abarcar el mercado con otro tipo de máquinas que no conlleven una prohibición, como las de comida y bebida.

Era jueves y un retraso en un pedido me obligó a salir 40 minutos más tarde de mi hora.
Casi la cinco de la tarde y yo sin comer.
Fui al bar de siempre y comí como una fiera.
Pagué la cuenta y fui a comprar tabaco a la máquina, aunque digan que en casa del herrero cuchillo de palo, siempre se me olvida coger.
En el display marcaba la hora de izquierda a derecha y si seleccionabas una marca, su precio e informaba además de su disponibilidad, como todas…
“Selección 1 … 2.45 euros”
Introduje dos monedas de dos euros y la máquina no me devolvió mi cambio.
- ¡Coño! Dije enfadado.
En la pantalla mostró el mensaje que me dejó sin trabajo….

“Su tabaco, Garcias”
- Que Gracia. Pensé en voz alta. Hasta me han dedicado el mensaje.
Un golpe seco justo a tres palmos contando desde abajo y mis monedas cayeron. Gajes del oficio.
“Su tabaco, Garcias”
La máquina siguió repitiendo el mensaje.
- No me extraña que te quedes con el cambio, si es que te repites más que el ajo.
Estos fallos no son normales. Los mensajes vienen en memorias EPROM, donde se les introducen los datos una sola vez y pasan por un riguroso control de calidad.
Nosotros nunca hemos tenido un fallo léxico y mucho menos de repetición. Más bien suelen ser siempre problemas mecánicos: atascos de monedas o de cartones, etc.…
Pero ésta, podríamos decir que cumplía con todos los requisitos.
- Espero que no sea de las nuestras. Volví a pensar en voz alta.
Di la vuelta y miré fijamente la pegatina de garantía.
¡ENAXTAB! La competencia. ¡Menos mal! Sabía que nuestra no podía ser, a mi no se me escapa una….
“Ayuda, Garcias” Mostró esta vez la pantalla.
- ¿Cómo que “Ayuda”? ¿Qué Ayuda?
Miré alrededor, esperando que de un momento a otro soltaran una risotada Martín y López haciendo una de las suyas.
Ellos sabían que yo comía aquí, pero…¿Cómo habrán cambiado el texto?
“Garcias Ayudame por favor”
Me alejé de la máquina disimuladamente, dispuesto a marcharme y no tener que soportar la burla. Pero nada ocurrió. Ni risas, ni gritos, ni burla...

Al día siguiente volví a comer pero esa vez no pude dejar de mirar la pantalla de la máquina.
Recordé el extraño suceso y observé el comportamiento de la gente frente a ella.
- A mi me extrañó, ¿Por qué la gente no se extraña? ¡No dicen nada!
No lo entiendo. Debe de ser aleatorio. Pensé.
Antes de pagar, pasé por la máquina.
Un hombre estaba sacando monedas de su cartera y se disponía a introducirlas.
Observé atentamente la pantalla pero todo era normal.
El hombre se fue con su cajetilla.
Me quedé justo en frente de la máquina, a un metro.
“16:59 12-11-2004”
Era una preciosidad. Tenía ante mi una ‘EmTarc 545’. Alemana. Último modelo.
El “Mercedes” de las máquinas de tabaco: sistema antirrobo, estructura de aluminio reforzada…
- No recuerdo que antes tuvieran ésta. Pensé en voz alta.
“Su tabaco, Garcias” .Volvió a mostrar.
- ¡Que asombroso! ¡Ya lo tengo! Debe de ocurrir a las 15:00. Ayer seguramente acabé a la misma hora.
“Ayuda, Garcias” , “Garcias Ayudame por favor”
Empezaba a encajarme el asunto. Un extraño desajuste horario provocaría que se alteraran las letras…
“Garcias Ayudame”
- Casualidades de la vida. El señor “Garcías” para ayudarle. Dije mientras hacía reverencia al aparato.
“Garcilaso Ayud…” Las letras corrieron más deprisa y se perdieron.

“15:05 12-11-2004” Todo volvió a la normalidad

- Juraría que ponía “Garcilaso”. Debo estar volviéndome paranoic…
- ¿Disculpe?¿Está sacando? Preguntó una voz a mis espaldas.
- ¿Cómo? Dije de forma automática.
- ¿Qué si está sacando tabaco?. Es que está justo delante, ¿Sabe?
- No, no. Perdone. Y me aparté a la derecha.
En ese momento decidí marchar, pensando que el vino que tiene “La Taberni" no es blanco ni es tinto. Debe de ser rosado y peleón…

Al pagar en la barra le comente al dueño del local, “Berni”, que últimamente la máquina en cuestión no funcionaba bien.
- Ayer se me quedó el dinero y salen textos sin sentido en la pantalla. Le dije mientras sacaba de mi bolsillo una tarjeta de la empresa y la dejaba en la barra.
- Si no se la reparan, llámenos. Y dejé que mi sonrisa intentara dar la sensación de seguridad. Pero eso sólo le funcionaba a mi jefe. A mí, me quedó ridícula.
- Gracias, lo tendré en cuenta ¿Señor…?Dijo Berni, sin muchas ganas.
- Garcías, como el texto de la máquina. Dije mantenido la forzosa sonrisa.

En el mismo momento que salí por la puerta supe que mi tarjeta había encontrado un lugar caliente y húmedo. El cubo de la basura del bar…
Continuará...

17 febrero 2005

Visiones de un Invidente (Parte I)

-¡Cálmate Hernán!.¡Si te pones así llamaré a la policía!. Dijo la mujer asustada.
El señor Hernán Lámpado Jergo, estaba situado cerca de la chimenea.
Con su mano derecha sostenía una barra para agitar la leña, ligeramente alzada, que amenazaba el cuerpo de la futura ex-señora de Lámpado, la señora Isabel Dambar.

Ya hacía más de veinte años que el señor Lámpado, había heredado la gran fortuna de su padre, un negociante excelente. Diez años más tarde llegó el amor, su aún esposa, Isabel.

Si en una coctelera introdujéramos: un contable corrupto, una esposa derrochadora, un esposo despreocupado e inocente, unas inversiones sin futuro, unos extras al jardinero (por parte de la esposa) y una muy cara colección de coches, ¿Qué tendríamos?

Pues simplemente un cóctel, que si lo sirves en una humilde copa, los cubitos del amor se derriten, y queda una bebida caliente que deja la boca seca y con sabor amargo.

-Pero ¿De qué te quejas? Cariñ… Isabel reprimió la amorosa coletilla.
-¿De qué te quejas, Hernán? Si además te queda un coche, tu preferido. Y con los ahorros que te quedan puedes encontrar un “pisito” y vivir como un “señorito”. Sonó tan cursi y tan ridícula tanto una palabra como la otra.
- Incluso puedes trabajar. Y así terminó la frase, quizás esperando un asentimiento por parte de él.

Lo que ocurrió más que “asentimiento” fue un “asentamiento”. Hernán se negaba en rotundo. Era su casa su dinero y ella una chupa…sangre.

- ¡Todos estos años engañándome! Además por partida doble ¡Perra!¡ Mala Pécora!

La barra que sostenía agitó un cuerpo no leñoso, el de la señora Dambar.
Ésta cayó al suelo y no se pudo levantar, posiblemente tenia roto el brazo izquierdo.
Aún y así, le dio tiempo a llamar a la policía y avisar del suceso.
- Si yo no disfruto esta casa, tu tampoco ¡Víbora!
Como un loco, empezó a romper todo lo que se le encontraba por delante. Ventanas, jarrones árabes, cuadros...

Cuando la policía llamó a la puerta ,la señora Isabel acudió rauda a abrirla. Hacia poco que habían despedido al servicio y no estaba acostumbrada a esas tareas.
Cuando Hernán vio a la policía soltó el agitador.
Éste resonó como un trueno al tocar el suelo y dejó una curiosa marca en el parquet, el pico de un águila, curvo y amenazante.
Hernán cayó de rodillas en el suelo, sabiendo que todo lo tenía perdido y más después de su reacción.
Isabel sabía del temperamento de su marido y sólo en una mente tan fría como la suya, se albergaba la posibilidad de que todo hubiera sido planeado.
El excitante en la bebida, el agitador en la chimenea, los jarrones árabes y figuras al alcance y para encender la chispa: unas palabras viperinas. Pero eso ¿Quién lo demuestra?...

Continuará...

16 febrero 2005

Cúmulos en el cielo

-Y ahora el Tiempo con Manuel Saraté. Anunció la presentadora de los informativos de las 22:00 de "Cadena Sorla Televisión Regional".
Habíamos tenido una semana lluviosa y todo el mundo esperaba que por fin saliera un poco de sol en este fin de semana que ya estaba a la vuelta de la esquina.
Se podría decir que casi toda la región estaba pendiente de Manuel Saraté, esperando oír la buena noticia y por fin poder ir a la montaña o a la playa sin chubasqueros ni paraguas, y yo no era una excepción, aunque estaba angustiado porque esperaba una llamada.
El señor Manuel llevaba nada menos que 10 años en antena, toda una proeza para un meteorólogo.
Para los que como yo, que lo veían todos los días, era prácticamente uno más de la familia.
- Buenas noches querida familia. Era su coletilla.
- Sabemos que todo el mundo está esperando el buen tiempo... pero lamentablemente no va a ser así. Dijo como medio cabizbajo Manuel.
Siempre tan elegante, tan sonriente... pero esa noche, algo tenia que no encajaba. Quizás una media sonrisa forzada
o una mirada perdida, pero lo que realmente llamaba la atención era su traje.
- Que cara tan rara se le ve esta noche. Dije yo.
- Si, es cierto. ¿Te has fijado en su camisa? Marta, mi mujer lo confirmó.
Manuel llevaba un traje gris arrugado. De la chaqueta gris asomaba un pañuelo rojo a juego con una hortera corbata roja con topos blancos y una camisa rosa completamente arrugada. Daba toda la impresión de haberse levantado a las nueve de la noche a toda prisa.
- ...cielos con cúmulos y chubascos tormentosos por la cordillera cantábrica y lloviznas intermitentes en... en...
De repente se atascó.
Si te fijabas bien en su calva, se podían ver gotitas de sudor desplazándose poco a poco.
-... señoras y señores... hoy es mi último día en la televisión y si les soy sincero, me la suda que llueva , nieve o haga sol este puto fin de semana...
Por mí como si se mueren todos ustedes ¡CABRONES! Si pudiera... si pudiera... cogería este relámpago y mataría al director HIJO DE PUTA de esta cadena...

Ante tal expectación, supongo que, como si de un culebrón se tratara, toda la región estaría pendiente del televisor. El momento más violento de "cadena Sorla" algo de lo que todo el mundo hablaría al día siguiente.

El hombre empezó a ponerse rojo como un pimiento y empezó a comportarse como una bestia salvaje dando patadas por todos sitios. Cogió la pantalla de "CROMA" (la que se utiliza para hacer los fondos y en este caso los mapas del tiempo) y la tiró al suelo.

- Ya me dirán como voy a dar de comer a mis dos hijos, si un mal nacido me despide por las buenas y sin explicación...Que se donde vives y donde guardas el coche Alfonso Meridia, ¡Señor Presidente! La última frase sonó con tono burlón, si es que entre gritos se pueden distinguir tonos...

Supongo que el realizador estaría tomando café o hablando con las maquilladoras, porque no se dio cuenta del tinglado que se le había montado en el estudio 5 de la emisora hasta pasados los 50 segundos que duró la retransmisión . A éste supongo que también le caería la bronca del siglo.

Interrumpieron la emisión para poner anuncios: "Fuerzas Armadas. Alístate y trabaja mientras aprendes un oficio...."

Mi mujer y yo nos quedamos clavados al sillón, como el resto de la gente, olvidándose del buen o mal tiempo, del fin de semana, hasta de las lentejas en el fuego.

Tengo dos hijos que, por suerte, ahora duermen.
Sólo de pensar que vivo donde vivo porque me lo puedo permitir y pago lo que pago (que con dos hijos es mucho)...
No nos damos cuenta de las cosas hasta que nos pasan, por eso todavía no me he planteado lo que pasaría en el caso de que me despidieran, sabiendo que mis dos hijos y mi mujer dependen de mí.

Lo cierto es que es la mayor tontería, hacer lo que este hombre ha echo en antena, teniendo de testigos a toda la región.
Pobre hombre, pero ¡Que bien se habrá quedado! ¿O no?
Ahora le esperan juicios y denuncias.
Pero ¡Cuanto Valor!, cuanta gente en el mundo habrá querido hacer lo mismo cuando lo han despedido, y más en directo con miles de espectadores.
El teléfono sonó y lo cogí al segundo tono.
- ¿Si? Si señor Alfonso. Gracias. Muchas Gracias. Hasta mañana señor Alfonso. Muchas Gracias. Asentí yo.
- ¿Quien era cariño? Me pregunto mi mujer...
- El señor Alfonso. He conseguido el puesto...

Empezamos a celebrarlo y despertamos a los niños...Tanto tiempo esperándolo...

¡Cuanto Valor! ¡El señor Manuel si que tiene huevos!
No como yo, un pobre meteorólogo que aspiraba a más... y al final lo consiguió...

15 febrero 2005

El martillo y el yunque

El estribo, el martillo y el yunque

Es curioso. Cuanto más alcohol bebo, más me gusta como tocan...
¡Son cojonudos! Al principio del concierto, me parecía que los gallos del cantante (mi colega) hacían que perdiera fuerza la potencia de la música.
Una mezcla entre Héroes del Silencio y Los Suaves pero con toques de Rammstein.
La sala estaba casi vacía, como mucho 15 personas. Todo un record, por cierto.
Al segundo cubata ya no me daba cuenta de que suenan un poco descompasados, quizás es el local, hoy en día lo construyen todo muy deprisa y no se preocupan en los detalles.
Seguro que la acústica de la sala es una porquería.
Sólo lleva abierta dos meses, pero ya han pasado grupos de la altura de Fangoria y Dusminguet, sonaron muy bien, pero deben de ser los equipos que llevan que son tan buenos como caros, y un equipo caro lo soluciona todo, vamos eso creo...
En la cuarta cerveza, y tras los cubatas anteriores, le perdí el hilo a lo poco que pegaban los teclados en ese tipo de música.
Seguramente es que no estoy en medio de la sala y sólo la escucho a ella...
¿Qué curiosa relación deben tener los oídos y el alcohol?
Quizás es que destaponan el cerumen acumulado y aumentan la sensibilidad de la membrana del tímpano.
Seria un buen reportaje para la revista "Muy Interesante"...
A lo mejor es que "el estribo" no coge el "Martillo" y golpea al "Yunque" hasta que no ha cogido el puntillo. Como yo.
Pero ahora, ¡Ostia! Suenan de muerte. Además creo que entiendo hasta la letra. Que mensaje tan profundo...
-¿Como que se ha acabado? En fin no se que hora es...

Mira por ahí viene mi colega.
Del escenario bajaban los componentes del grupo con cara de decepción.
- ¡Joder! ¡Que mal hemos tocado! ¡Pero es que el cabrón ese me estaba despistando! Dijo Juan, el cantante.

- ¿Mal? ¡Tíos habéis estado Cojonudos! ¡Joder 15 tíos en la sala que no se han pirado, que menos!- Dije yo, intentando animar...

Lo cierto es que veía a todo el mundo muy serio.
Lo cierto era que en realidad veía a todo el mundo doble.

- Ya estamos otra vez. Si quieres que sigamos en el grupo, no vuelvas a traer a tu puto amigo el borracho. Nos ha acojonado a todo el personal. Nadie se acercaba, porque estaba el alcohólico éste, haciendo el imbécil. La teclista tenía la cara de pocos amigos.
Bueno supongo que la tendría. Su cara era una mezcla de ojos, narices y bocas. Y con ese carácter dudo de que tuviera amigos.

- No es mi amigo ¡Joder! Es un puto borracho que invite a una cerveza una vez y el muy cabrón se quedó el mechero.

- ¡Haya paz chicos! ¡Que os compro un disco! Por fin he comprendido vuestra música. Ostia tiene un mensaje muy profundo... Dije mientras sacaba de mi cartera 5 euros.
- Son 10 euros. Dijo la "teclas".
- Que precios...Mientras sacaba otro billete.
-Toma y pírate borracho.

-¡Que Bordes!, me dije a mi mismo. Les sigues a todas partes donde tocan, les compras el disco y encima ni te reconocen como fan ni como amigo...

En fin creo que tendré que comprarme una botella de JB para volver a entender la música...

14 febrero 2005

Zapping

-¿Si? ¿Quién Es?
-Hola señora somos de la policía. ¿Es usted quien nos ha llamado?
-Si. Hace una hora que se escuchan esos gritos… ¡La debe de estar matando!
-Debe de ser en el Tercero A.
-Si señora, ya los oímos. Ha hecho bien en llamarnos.
Los dos policías subieron por el ascensor, pese a que la escalera estuviera justo al lado de la puerta de la señora Márquez.
-Ésta debe de ser... ¡Abra! Somos de la policía.
Los golpes pararon y la mujer dejó de gritar.
Un hombre joven abrió la puerta. Llevaba ropa deportiva con manchas de sangre y cuatro arañazos en la cara que sangraban por cada surco. Pese a ello, el hombre no estaba para nada alterado.
- ¿Si? ¿Qué desean?
- Hola somos de la policía, ¿Con quien está usted?
- Eeees… una amiga, estamos jugando…
-¿Jugando? ¡Si! Mi hijo a veces juega a eso, va por el patio pegando palizas al resto de los niños, ha salido igualito a su padre…. Él lo llama “el Zurrón”.
- Queda usted detenido, ponga las manos en la espalda. Dijo el otro policía.

Le pusieron las esposas y abrieron la puerta del apartamento.

-¿Se encuentra usted bien señora?
Dentro de la habitación estaba la chica de pie mirando fijamente la pared, a su lado un televisor con la imagen congelada de una película de DVD.
-Señora ¿Se encuentra bien?
La mujer tenía toda la cara hinchada de los golpes y tenia un vestido azul, ahora manchado, que sólo se aguantaba por un hombro.
El policía se acercó para hablar con la mujer.
-Si no fuera por que es imposible diría que es ‘Sharon Stone’.Dijo el policía.
-Señora ¿Puede oírme? ¿Se encuentra usted bien?
El policía pensó que la mujer se encontraba en un estado de shock o que posiblemente le había reventado el tímpano.

-Tú y yo asqueroso cabrón, maltratador de mierda, nos vamos a comisaría. Dijo Paco el policía, gritando al detenido.
¡Jaime! Ya he llamado a la ambulancia, te quedas aquí que voy a llevarme a éste cabrón al coche.
El Hombre Joven no opuso resistencia, ni habló, ni gritó, ni se quejó. Más bien se diría que una leve sonrisa asomaba ensu cara.

Jaime, el otro policía, se acercó a la mujer herida.
- No te preocupes, todo va a salir bien. A ese no le ves más el pelo.
Cuando el policía cogió la mano de la mujer, ésta se deshizo en el aire como si de arena se tratase, y tras un segundo, su cuerpo entero se desintegró sin dejar rastro, justo delante de sus ojos.
Cuando volvió el compañero se encontró con un Jaime pálido, que le contaba la historia de que la chica se había esfumado en el aire.
-Mira Jaime no te preocupes, a ésta la encontramos ahora abajo. Lo malo es que si no testifica contra ese cabrón, mañana tenemos que soltarlo y volverá otra vez a lo mismo.
Al volver al coche vieron al hombre joven en la parte de atrás, pero ahora ya no había restos de sangre y ni siquiera tenía los arañazos en la cara.

- ¿Qué Cojones está pasando? ¡Esto es una cámara oculta Jaime!- Dijo Paco.
- Mira ¿Sabes qué?,- dijo el otro policía -, mejor que lo explique él en comisaría. Dijo Jaime. Pero ¿De que le acusamos?
- De maltrato e insubordinación ante la autoridad policial.
- ¿Y que pruebas tienes contra él?
- ¿Hacen falta pruebas?

Al llegar a la central, le tomaron los datos, huellas y su versión de los hechos.

-Quiero un abogado. Dijo el hombre joven.

Pasaron cuarenta minutos hasta que llegó el abogado de oficio.
- Hola, me llamo Rubén Soria, soy su abogado. Me han contado el caso, pero estoy muy confuso. ¿Le han agredido o amenazado esos bárbaros? Me han informado de que se le ha cogido “in fraganti”, pegando a una mujer que no es su esposa y tienen a todo el bloque de testigo. ¿Tiene usted pareja? ¿Era a ella a quien…? ¿Era con la que ‘discutía’? Dijo el abogado
Señor Zercón, piense que cuanto más sepa más podré alegar en su favor. Ahora están buscando a su compañera…
-No es mi compañera, ni mi amante, ni pareja ni ¡MIERDAS! Además no la encontrarán. Dijo Zercón. La palabra ‘mierda’ resonó en la sala como un trueno.
-Tranquilícese. ¿Que ha querido decir con eso señor Zercón?-Preguntó el abogado.
- No le he querido decir nada, sólo que no la encontraran. No existe. Se me fue de las manos, nada más...Siempre lo hago, pero esta vez se me ha ido. Me estaba dando rabia desde el principio de la película y sólo quería darle su merecido a esa act…
No tienen nada contra mí. ¿Me puedo ir ya?
-Eeeeem, si, deje que hable con la policía a ver que puedo hacer. Respondió el abogado.

El abogado salió de la habitación y se dirigió hacia uno de los dos policías.
-Si no se presenta ningún cargo contra mi cliente, no pueden retenerlo aquí más tiempo.
- ¿Que le ha contado? preguntó el policía.
- Mi cliente dice que estaban viendo un video y empezaron a discutir.
- ¡Discutir!, lo que yo vi no fue discutir precisamente. Esa mujer tenía la cara destrozada.
De echo no me extrañaría que se hubiera buscado una “compañera de alquiler” para “ver” la película. Por cierto ¿Qué estaban viendo?
- “Instinto Básico”
- ¡Si! -Dijo Jaime – La mujer que vi se parecía mucho a la Sharon Stone. Pero lo que pasó después, eso fue… esa mujer se vol…
- ¡Se escapó! Dijo el otro policía, cortando a tiempo la contestación de su compañero. Y ahora la estamos buscando.

El abogado fue hacia la sala para informar a su cliente de que quedaba libre, mientras los dos policías se quedaron hablando.
-Pero Jaime, ¿Tu eres tonto o que? ¿Qué coño le ibas a decir al abogado? ¿Qué quieres que te den la baja o te retiren otra vez a administración? Si, casi mejor, así acabarás otra vez con el culo cuadrado que tenias antes…

- ¡Vete a la mierda Paco! Se lo que vi y lo que pasó. Esa mujer no se me escapó, se derritió ante mis propios ojos, ¡lo juro!

El abogado se acercó al mostrador con su cliente.
- El señor Zercón está libre de cargos y se puede marchar a su casa.
- ¡Si! ¡Pero que sepas que te estaremos vigilando! Y en cuanto aparezca tu “putita” te vamos a meter un paquete por el culo. Dijo Jaime.
- Vigila lo que haces y a quien pegas que voy a estar detrás para olerte la mierda, ¡Hijo de puta! Dijo el otro policía.
- Saben que mi cliente no puede recibir ese trato, voy a cursar una denuncia contra ustedes. Dijo el abogado alzando la voz.
- Si pues entonces me voy a cagar en los mue...
- Paco! Cálmate!.

El abogado y el señor Zercón salieron hablando por la puerta y los policias se quedaron en el mostrador de la central.
- Me saca de quicio la gente así y para colmo ni a mi hijo puedo controlar…Dijo Paco
- Paco, creo que son muchos años trabajando juntos, y nunca me había pasado lo de hoy. Lo de esa mujer ha sido… muy raro, se quedó como de piedra y además, como coño explicas lo de la sangre y los arañazos en la cara.
- Jaime, pues sería un montaje, maquillaje ese de cine, ¿No dices que se parecía a la Stone?
- Ya no se que pensar. Sólo espero que esa pobre mujer aparezca…Necesito unas vacaciones…

Pasaron dos meses y pese a la búsqueda, la mujer no apareció.

Una tarde Paco le comentó a su compañero Jaime.
- Jaime, no te lo vas a creer! El otro día estuve con un colega echando una birras, hablando de casos raros y cachondos y salió el tema ese de la ‘Stone’… Dijo Paco eufórico
- ¡Joder Paco!¡Esto quedaba entre nosotros! No se te puede decir nada… Jaime sonaba muy irritado.
- ¡Tranquilo! Además le dije que fui yo el que lo vio. Pero lo mejor de todo fue ver la cara de Fernando. Se quedó más blanco que el mármol y se fue cagando leches. Como un perro con el rabo entre las piernas.
- ¿Quien es Fernando? Dijo Jaime frunciendo el ceño
- ¡El de la Secreta! ¿No te acuerdas? El que te dije que se quedaba con los CD’s piratas de los chinos.
- Pues tampoco era para salir corriendo pero…bueno prefiero olvidarlo. No duermo bien desde entonces… Fue una mala época y de mucho stress... Dijo Jaime apenado.

Una semana más tarde se encontraron a tres hombres uniformados en la central de policía.
- ¡Chicos! Los de la Agencia de Inteligencia nacional preguntan por el agente de policía Paco Suárez y su compañero. Es sobre el caso del señor Augusto Zercón. Les informó el compañero de la oficina.
- ¿Y estos quien coño son y que querrán de nosotros?- dijo Paco a Jaime.

Al llegar se remiraron todos de arriba abajo, analizándose mutuamente hasta que el más alto de los tres hablo.
- Por favor, pasemos a la sala. Somos del Departamento de Inteligencia de Asuntos Internos. Yo soy el Sr. Rodríguez, éste es el Sr. Bardo y el que tienen detrás suyo es el Sr. Malvato.
Por favor Sr. Suárez cuéntenos, ¿Qué pasó con el caso Zercón? El de la paliza a la mujer “ilocalizable”.

Tras contar la versión oficial, los agentes quedaron un poco decepcionados.
- Señor Paco Suárez, esa versión está muy bien, pero comprenda que yo no soy su jefe. Soy Más que él. Cuéntenos por favor que pasó en realidad. Sabemos que hubo “cosas raras” en el procedimiento habitual…

Las piernas de Paco temblaron un poco. Tragó saliba y con la voz temblorosa y medio soltando una risita nerviosa, explicó la versión no oficial a los agentes.

Cuando acabaron, los agentes no pudieron aguantar más y soltaron una risa atronadora que se oyó en toda la oficina y empezaron a aplaudir.

- Señores esto es una cámara oculta. Ésta broma nos la pidió el agente Fernando Urkaiz. Dejen de decir tonterías y hagan el favor de volver al trabajo o les quitaran el café...

- ¡Me cago en la puta de Fernando y su burra, ya sabia yo que no tenia que haberle dicho nada!
- No se te puede decir nada Paco ya te lo dije yo…
Los dos policías se quedaron discutiendo y mientras, los Misteriosos agentes abandonaron la central. Pasaron de las risas a la seriedad.
- O sea que por fin lo hemos localizado Sr. … Rodríguez.
- Pues si, 5 años nos ha costado. Pero ya lo tenemos otra vez. Dijo el agente Mavalto.
- Esta vez no se nos escapará. Si no se ha ido ya. Sabrá que le hemos localizado. Dijo Baldo.
- Es un tozudo, sigue en el mismo piso y luchará antes de que le atrapemos. Hay que estar preparados.Dijo el agente Rodríguez mientras subían al coche.

Llegaron los tres agentes en un Opel Astra y lo dejaron estacionado sobre la acera.
Al llegar al tercero A, sacaron una tarjeta de crédito y forzaron la puerta del apartamento. El tintineo de unas varas de bambú colgadas en el techo, les informaba de que su entrada ya no era sorpresa.
- Señor… Zercón ¿debo llamarle así? Sabe a que hemos venido , no nos lo ponga más difícil…Salga y todo será más fácil. Mientras hablaba el agente Mavalto, saco la pistola de tranquilizantes de su bolsillo derecho y la cargó.
Al abrir la puerta totalmente vieron una legión de marines americanos en guardia, justo delante de la pantalla.
- Éste seguro que ha alquilado “salvar al soldado Ryan” .dijo Baldo con tono burlón.
Los marines empezaron a gritar “FUEGO” y los disparos llenaron la casa de ruido, bombas y balas por todas partes.
- A nosotros no nos engañas Zercón eso es para los que no conocen tu don. Gritó Rodríguez. Además… ¡“Sharon Stone”! ¡Que bien te lo montas!
- No crees que a la vecina de abajo le dará un soplo en el corazón si cree que aquí está Vietnam en guerra otra vez…
- ¡Dejarme en paz! ¡Iros de aquí! ¡No me dejaré coger!

Las balas de los marines rebotaban en los cuerpos y las paredes y se deshacían convirtiéndose en polvo que luego desaparecía en el aire.
De entre los armarios salió Zercón con una silla con las cuatro patas afiladas. Parecía como si les hubiera sacado punta con un cuchillo.
Zercón empujo a Rodríguez y una de las patas se le clavó en la pierna. El agente herido cayo al suelo y empujo al agente Mavalto dejando la entrada del piso libre. Al intentar cruzar la puerta, Baldo disparó un dardo tranquilizante a la espalda. Zercón tropezó y cayo inconsciente por las escaleras.
-Aaaaah, deshaceros de todo esto. Dijo el Sr. Rodríguez sacándose la pata de la pierna.
- Tienes suerte si no te haya cogido la femoral. Tenemos que traer al Sr. ‘Zercán’. Dijo Mavalto.

Tocaron a todos los marines que se fundieron con el aire, llenaron el apartamento de gasolina y horas más tarde , los bomberos tuvieron trabajo para apagar el gran incendio que se produjo en el tercero A de los apartamentos SolYMar.
Entre los escombros encontraron un cuerpo, y lo identificaron como Augusto Zercón Malvés.

Mientras tanto en el Opel Astra viajaban cuatro personas, tres agentes y un hombre sedado antes llamado ‘Zercón’. El coche se dirigía a las oficinas centrales de la Red de Inteligencia nacional…
El hombre joven despertó en una sala que le era familiar. La había intentado olvidar los últimos cinco años, sin conseguirlo.
Era blanca y estaba totalmente acolchada con la excepción de una pantalla negra incrustada en la pared que hacía la función de espejo.
Tenía una letrina, un colchón en el suelo sin sabanas ni almohada y una manta fina que ni quitaba el frío, ni cubría los pies…

Una voz que provenía de unos altavoces superiores, retumbo en toda la sala.

-Volvemos a Encontrarnos … León . Señor Leonardo Mergón , 5 años son pocos para olvidarse de su “querido hogar”. Lo hemos dejado todo tal y como lo dejó… a excepción de la cama claro…

León miró hacia el colchón y recordó que cinco años atrás había un somier con cuatro patas.
Cuatro años tardó en destornillar una de esas patas y la utilizó para reventar la pantalla negra.
Ahora todo eso sólo servía para reforzar la seguridad de la sala.

- Ya sabes lo que tienes que hacer. Esta vez no seremos tan benevolentes y si te niegas recibirás descargas eléctricas.
Si te fijas, el suelo es de metal , el colchón tiene conexiones y la letrina, mejor no te lo cuento. No tienes escapatoria León…

En la pantalla negra apareció la imagen de un terrorista internacional.
-¡Sabes lo que tienes que hacer! ¡Hazlo! Dijo la voz de la sala.
¿No? Está bien. Empezaremos con 400. ¡Carguen 400 voltios!
El suelo transmitió la descarga que hizo que su cuerpo temblara como una gelatina y cayera al suelo.
- A ver si es verdad y me hacéis a la plancha…¡Cabrones! Dijo León.
Acto seguido recibió otra descarga y así sucesivamente…

Pasaron las semanas y se le especificó que cada 10 minutos recibiera una descarga.
El cuerpo de León estaba destrozado, no podía dormir, no podía comer y no tenía fuerzas ni para levantarse del colchón que estaba en el suelo.

- Dios da pan a quien no tiene dientes. Dijo Bardo.
- ¿Por qué dices eso? Pregunto Rodríguez.
- Por el don del chico. Quien pudiera hacer lo que él hace.
Imagínate un videoclub es todo lo que necesitas para satisfacer todas tus necesidades. Ya sea para romper la soledad, coges a Robin Williams y cuando te ralle lo deshaces. Y no hablemos de todas las actrices de Hollywood. Dijo Bardo con cara de fascinación.
- Bueno las españolas no están nada mal. Alegó Malvato.
- Si pudierais hacer eso, ahora mismo estaríais en esa sala recibiendo cada diez minutos una descarga que si bien no mata, ni te deja dormir ni descansar. ¿Pobre hombre! La mejor arma del Gobierno encerrado como un perro rabioso. Dijo Rodríguez escondiendo su mano derecha en el bolsillo colorada, quizás, de aguantarse en la muleta.

Los días pasaban y las descargas también.
- Está bien ¡CABRONES! Lo haré. ¡Lo haré! Dijo León.
- Por fin ha hablado el señor… dos semanas ha tardado en aparecer su linda vocecilla. Dijo la voz que provenía de los altavoces.
- No aguanto más, necesito dormir, necesito comer, huelo peor que un perro. Si me matáis no conseguiréis nada de mí. Dijo León sin fuerzas.
- Al menos, no serás deseado por todas las naciones. ¡O estas de nuestra parte o en contra! Grito la voz de la sala.
Tras una ducha y después de poder dormir cuatro horas volvió a aparecer la imagen en la pantalla.

León se concentró y cerró sus ojos. Sus manos empezaron a brillar y a despedir como una neblina, se dirigió hacia la pantalla negra y como si de una fuente de agua turbia se tratara, sus brazos se sumergieron y aparecieron en el interior de la imagen de la pantalla vertical de plasma de la sala.
Las manos atraparon al personaje en cuestión, lo sacaron lentamente y lo depositaron en el suelo de la sala como si de un maniquí se tratase.
El nuevo cuerpo era una viva imagen del personaje, pero como un robot, se quedó en un estado catatónico esperando órdenes.

- ¡Haz que conteste lo que te digamos! Dijo la voz de la sala.
León tocó la frente del “maniquí” y susurro unas palabras en el oído.
Éste reaccionó normalmente y sin miedo.
- Contesta con la verdad, y la verdad será contestada. Dijo León.
El terrorista contestó a las preguntas, sobre ubicación, paradero y posibles actos futuros.
No era necesario forzar o torturar. León moldeaba al terrorista, para que hiciera lo que él quisiera. Y así lo hizo.
Las preguntas se sucedieron y las respuestas salieron del terrorista “televisivo”.

Mientras, fuera de la sala, los tres agentes observaban el interrogatorio con expectación.
- ¿Como lo hará? Nosotros los tocamos y se deshacen. Y a él, ¡fíjate! Puede hacer lo que quiera con ellos… Dijo Bardo alucinado
- Nosotros no somos como él, además, ellos también le pueden dañar. Es curioso como una imagen lo capta todo. Tus pensamientos, tus recuerdos, tus vivencias, tus conocimientos. Realmente la mejor arma del mundo es la información. Conoce a tu enemigo sin ver a tu enemigo. Dijo Rodríguez.
- Me temo que la era de los espías se acabó. Empieza la “era del León”.
¿Habrá más como él? Dijo Malvato.
- No lo se Malvato. ¿Sabes? Hay tribus indígenas que creen que si les haces una foto, les estas robando el alma. Quizás no estén tan equivocados…

Lunes

Lunes. Siete de la mañana.
Suena el despertador con el zumbido de siempre. He de acordarme de comprarme un radio despertador o me acabará dando un ataque antes de ir a trabajar.
El lunes es el peor día de la semana. Los cobros, las prisas y el trabajo acumulado del fin de semana esperándote está. Pero lo peor no es eso. Lo peor o “el peor” es ‘Enrique’, mi jefe de planta.
El demonio en persona. Su propio nombre ya inspira miedo en la plantilla de las oficinas del “Banco Ársaluz”. Es un jefe despiadado y lleva la mayor racha de despidos de los últimos 2 años de los 20 que lleva la empresa creada.
Pero los directivos, han visto que ha crecido el rendimiento y los beneficios. Para la empresa es el jefe de planta perfecto, pero para nosotros es como un francotirador en un campo de concentración. Dicen que pronto subirá a dirección pero no me gusta creer en cuentos de hadas. La frase “más vale malo conocido que bueno por conocer” en este caso no es válida. Fijo que el que entrara nuevo no sería ni la mitad de cabrón. Hasta el mismísimo Hitler besaría sus zapatos negros brillantes si él se lo ordenara.

Siete y diez. Vaya me he quedado dormido diez minutos, no puedo llegar tarde otra vez.
Me meto en la ducha corriendo.
Siete y media. Desayuno algo. ¿Desde cuando tengo ese libro encima de la mesa del comedor? He de correr.

Siete y cincuenta. Cojo el metro. Que está a reventar como siempre.

Siete y cincuenta y nueve. Llego sudado a la oficina pero puntual. Nuestro querido Enrique me recuerda que desde que existen las duchas la gente no huele así.
- La próxima vez que vengas como un cerdo a la oficina, te mando al archivo.

Voy a mi mesa. ¿Quién me ha dejado Rosas en la silla? ¿Y mi pantalla del ordenador?
- ¿Quieres hacer el favor de parar el móvil paco?- Le Grito a mi compañero. ¿Qué música más rara, suena igual que mi… ¡Mierda!

Siete y veinte de la Mañana. El despertador lleva veinte minutos sonando y cada vez más alto. Debo ducharme. Como algo antes de meterme en el baño y salgo pitando. ¡Que barba! Pero si no hace tanto que no me afeito…
Siete y media. Salgo de casa y cojo el metro. Nunca había tardado tan poco en ducharme. El Vagón está medio lleno. Otra vez pidiendo con el jodido acordeón. Con lo que me cuesta llegar a fin de mes y éste seguro que se embolsa los seiscientos euros al día. Se me acerca y empieza a tocar la canción de siempre ‘la Torre de Babel’. Lo cierto es que lo hace muy bien, hay una parte que me encanta cuando empieza “in crecendo” con la guitarras. ¿Guitarras?¿Pero no era un acordeón... ¡Mierda no!

Siete de la mañana. Suena mi nuevo radio CD despertador. Es preferible al zumbido que me tenia loco, pero a veces me duermo. Voy a la ducha que ahora tengo tiempo.
¿Y mi ducha? ¿Dónde coño esta e lavabo? Mierda…

Siete y 30 de la mañana. Vaya día. ¿Será un sueño? ¡Que tarde! Me voy sin duchar. Como me diga algo hoy le giro la cara y si me echan que me echen. Que estoy harto del mamón ese.
Ocho y cinco. Enrique está esperando en la puerta. Han cambiado de color las paredes y la decoración.
- Es la segunda vez tarde en dos semanas. A la próxima, te mando al archivo.- dijo Enrique.
- Tú y todos me vais a comer lo que te dije.
Lo cojo de la solapa y le empujo fuera de la empresa. Cae rodando por las escaleras. ¡Cuanta sangre! ¡Dios mío! ¿Qué he hecho? Bajo la escaleras de un salto. Oigo risas. El cuerpo ha desaparecido. Fundido en negro y de pronto estoy sentado en mi sitio de la oficina. Todos me miran y se ríen.
- ¿Cuánto llevo durmiendo? Pregunto sin sentido aparente.
Mi pantalla está cubierta de mantequilla. Esto no está pasando…
Enrique se me acerca con una jeringuilla en la mano. Tiene una grapadora en la cabeza incrustada. Le falta pelo en el cogote y media oreja derecha.
Hoy llego tarde fijo. No se que hora es.

¿Siete de la mañana? Cuanta Luz. Lo veo todo blanco ¿Y mi despertador? Mierda no se que hora es.
¿Porque estoy atado a la cama? ¿Que hago con esta camisa? Mierda no…

Por favor que sean las Siete de la mañana….
Por favor que sean las Siete de la mañana….
Por favor que sean las Siete de la mañana….

Principio y fin

Me gustaría por una vez acabar lo que he empezado.
Me apunte a clases guitarra y deje de ir. Todavía sigo en casa intentando buscar tiempo para dedicarle.
Empecé a ir al gimnasio y no acabe ni el primer semestre.
Empiezo algo que me gusta y, o bien dura poco tiempo, o lo acabo dejando sin acabar.
Toda mi vida llevo arrastrando cosas que no he terminado y que, por orgullo, quiero acabar y no convertirme en una persona olvidadiza que no sabe acabar las cosas que empieza.
¡Cuantos proyectos amontonados a falta de un final!
Una vez empecé a escribir una historia sin esperar más de ella, me gustó y tenía filón el tema. Decidí entonces hacer un boceto de la historia y en un futuro publicar un libro.
Empecé y lo sigo arrastrando o …¿Quizás lo que he querido “terminar”?

No se si soy yo pero creo que mis pensamientos se sustituyen los unos con los otros, los nuevos con los viejos. Y sólo los que pasan de la memoria temporal, a la memoria general son los que acabo.
Quizás no acabo lo que empiezo, porque ya pienso que ha acabado en el mismo momento que pienso en empezar otra cosa.
Quizás no tiene sentido lo que digo, y que el sentido lo vea yo sólo.
Que difícil es expresar en palabras lo que a uno le pasa por la cabeza tan rápidamente.
Quizás no he acabado este corto… ¿o si?

11 febrero 2005

Preparando en el Horno la bolleria literaria

Le falta una vuelta más, para poder sacar el primer relato...
He creado una cuenta de correo: relatoscortos@gmail.com , para que podais enviar vuestras creaciones y poder exponerlas aquí. Un saludo.